En las últimas horas, el titular de la Federación de Camioneros, Pablo Moyano, manifestó su malestar con la dirigencia de la Confederación general del Trabajo (CGT). A través de un comunicado de prensa, expresó su rechazo hacia la inclinación política que adquirió la central obrera en cuanto a la designación de las autoridades de las seccionales, y además trajo a la escena un conflicto de intereses que data de algunos años.
Sin mencionarlo específicamente, hizo referencia a la influencia que ejerce en ese sentido el ex jefe comunal de Quilmes, Francisco Gutiérrez, quien se desempeña como secretario del Interior de la central obrera.
“El dirigente se siente defraudado ante la noticia de que el triunvirato, y en especial Carlos Schmid , firmó un comunicado interno donde no avalarían las normalizaciones de distintas regionales si no están regidas por la secretaria del interior, a cargo de quien supo dejar 500 trabajadores en la calle como intendente”, relata el comunicado oficial.
De la misma manera, lo acusó de que “a pesar de tener miles de bajas de puesto de trabajo en su gremio, busca hacer política en lugar de estar en la calle” y remarcó que “sólo avala las normalizaciones donde lo conformen gremios de extracción política kirchneristas”.
En este contexto, si bien confirmó la presencia del gremio que conduce en la movilización que la CGT prepara para el martes 7, dejó en claro que luego evaluarán los pasos a seguir.
“Si la función de la Secretaría Gremial de la CGT ocupada por Pablo Moyano solo será acompañar normalizaciones de acuerdo al color político, lo más probable es que como lo marca la historia, este sindicato decida elegir el color y calor de los trabajadores, que es a quienes debemos representar, y no dejar a la merced de la clase política a quienes solo nos reclaman ser representados”, concluye el texto.
En este contexto cabe recordar que la pelea Gutiérrez-Moyano se originó cuando el ex Intendente decidió terminar con el contrato abusivo entre la empresa Covelia, vinculada a los Moyano, y el Municipio de Quilmes. Aunque la finalización de dicho contrato no generó despidos, porque los trabajadores fueron absorbidos por la comuna.