La Mesa de Coordinación de Pueblos Originarios de Quilmes se reunió ayer con el obispo Carlos Tissera, donde expresaron su distanciamiento con las autoridades de la Subsecretaría de Derechos Humanos. Pese a mostrarse satisfecho por la creación de un espacio dentro de la estructura municipal para los aborígenes, el referente de la organización expuso su descontento por la falta de inclusión.
Durante más de una hora y media, los integrantes de la mesa mantuvieron un encuentro con el máximo referente de la Iglesia en el distrito, donde “se habló de la problemática indígena a nivel nacional”. Sin embargo, el eje central pasó por la relación con la gestión del gobierno y el momento de la Comunidad India Quilmes.
Gregory Sánchez destacó “la primera reunión institucional con el obispo” y afirmó que fue muy importante. “Nunca nos han llamado para hacer una actividad en conjunto y queremos poner en manifiesto esta situación”, manifestó, al mismo tiempo que dijo que “hay muchas necesidades” y que “las tres comunidades tobas que tenemos en la IAPI la están pasando mal”.
Además fue crítico con la directora de Pueblos Originarios, Marisa Figueroa. “Contar con una dirección dentro de la estructura municipal es un paso adelante, pero ese paso lo hemos retrocedido en esta situación que nos está pasando con la directora”, aseveró.
La situación se generó luego de que la mesa se haya puesto a disposición del sector para la realización de alguna actividad en conjunto, sin éxito alguno. Aunque la tensión se agravó tras los festejos por los 350 años de la ciudad. “Hay muchas cosas que pasaron en el camino como lo del 14 de Agosto. Todavía no sabemos por qué no se firmó el pacto de hermandad”, expresó.
Finalmente, luego del encuentro con Tissera, Sánchez recibió un llamado para mantener un encuentro hoy con el secretario de Gobierno, Guillermo Galetto.
Llama la atención la crítica del señor SÁNCHEZ, que no especifica cuál es el problema que tiene con el Municipio. Pareciera que quiere formar parte de la Secretaría de Derechos Humanos. Ese es el gran problema de muchas colectividades y organizaciones sociales; que prefieren perder su autonomía e independencia con tal de que a algunos dirigentes los «incluyan» en el aparato estatal. Este proceso perverso – clientelismo – en que el Estado a través del partido de gobierno, coopta a dirigentes sociales con prebendas, cargos, sueldos en negro, los transforma en «punteros» para manejar a los integrantes de la organización en función de los intereses de ese partido. Y también, dentro de la misma organización expulsan a los miembros críticos y dividen a las organizaciones sociales. Esa fue la historia anterior de la CTA, la CGT, el Movimiento Cooperativo, etcétera, y también las Colectividades Extranjeras y Pueblos Originarios. En La Plata, significó la desaparición de la CLAP – Comunidad Latinoamericana Platense y sus colectividades de base: boliviana, peruana, chilena, paraguaya y uruguaya.
Llama la atención la crítica del señor SÁNCHEZ, que no especifica cuál es el problema que tiene con el Municipio. Pareciera que quiere formar parte de la Secretaría de Derechos Humanos. Ese es el gran problema de muchas colectividades y organizaciones sociales; que prefieren perder su autonomía e independencia con tal de que a algunos dirigentes los «incluyan» en el aparato estatal. Este proceso perverso – clientelismo – en que el Estado a través del partido de gobierno, coopta a dirigentes sociales con prebendas, cargos, sueldos en negro, los transforma en «punteros» para manejar a los integrantes de la organización en función de los intereses de ese partido. Y también, dentro de la misma organización expulsan a los miembros críticos y dividen a las organizaciones sociales. Esa fue la historia anterior de la CTA, la CGT, el Movimiento Cooperativo, etcétera, y también las Colectividades Extranjeras y Pueblos Originarios. En La Plata, significó la desaparición de la CLAP – Comunidad Latinoamericana Platense y sus colectividades de base: boliviana, peruana, chilena, paraguaya y uruguaya. CARLOS MÉNDEZ