A menos de dos meses de su asunción, el secretario de Seguridad, Federico Peña, dejará su cargo en busca de un mejor destino. Las versiones sobre su alejamiento van de un extremo al otro. Los que van por la positiva, aseguran que el compromiso de Peña se reducía a dar los primeros pasos en el ordenamiento del área de seguridad, pagar los costos de esa tarea y correrse. El lado B de esa versión, es que Peña nunca pudo encontrar el rumbo en un distrito que no conoce, y que le fue esquivo desde el comienzo.
La otra versión positiva es que fue convocado por el Ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, para que lo acompañe en su gestión. La versión no es descabellada si se observa la escases de funcionarios propios con los que cuenta CAMBIEMOS. Con la salida de Peña, no sólo se espera un cambio de nombres sino también una reformulación del área de Seguridad.
Pero lo más jugoso de los primeros cambios de peso en el gabinete comunal, tiene que ver con el ascenso de Tomás Molina en el gabinete. El hermano del Intendente dejará Hacienda para convertirse en Secretario General del Municipio, un cargo que en la previa podría definirse como un súper secretario con incidencia en las definiciones económicas y políticas de la gestión.
Lo que aún no está claro, es cuáles serán los alcances de esta Secretaría. A priori, podría decirse que hay un grado de incompatibilidad y superposición entre los roles del Secretario General y Jefe de Gabinete, aunque todo dependerá de cómo quede conformado el organigrama municipal.
En este sentido, vale recordar que el Intendente Molina firmó un decreto dando plazo hasta el 31 de enero del corriente para que el organigrama quede conformado de manera definitiva, esclareciendo las funciones de cada área, el personal que disponen, y los recursos que cuentan, entre otros asuntos.
Por último, ya comenzó la danza de nombres para ocupar el sillón de las secretarías de Hacienda y de Seguridad, y posiblemente se definan este fin de semana.