La comunidad de la Escuela N° 20 del barrio Santa Ana de Florencio Varela se encuentra reclamando a las autoridades educativas respecto a la falta de directivos y un gabinete psicológico en la institución. Durante el ciclo lectivo del año pasado, la directora Analía Flores fue separada de su cargo tras haber sido denunciada por malversación de los fondos destinados a la merienda escolar, aunque sigui{o desempeñándose como administrativa en otra institución.
En diciembre de 2017 la docente fue reincorporada y la investigación no siguió su curso, ante el hecho, el director suplente y el vicedirector renunciaron a sus puestos. Debido al reclamo constante de padres y maestros, Flores optó por tomarse licencia y no volvió a la escuela, por lo que la misma quedó acéfala.
En febrero del corriente, el gabinete psicológico fue retirado de la secundaria 20, agudizando el problema. Según declaró Lagra, maestra de la institución, a este medio “la comunidad tiene un montón de casos de vulnerabilidad. Hay suicidios adolescentes, chicos que se cortan y muchas situaciones de maltrato”, por lo que el apoyo de un gabinete es vital.
Padres y docentes pidieron explicaciones a la jefa distrital Noemí González, a la inspectora de la escuela Vilma Sepúlveda y a la inspectora de psicología Viviana Salas, pero ninguna de las tres autoridades emitió una respuesta satisfactoria. “Nos dijeron que ellos ponen y sacan los gabinetes donde quieren. Entendemos que es un castigo hacia la escuela por haber denunciado a la directora”, relató la docente.
A fin de ser escuchados, los alumnos realizaron varias tomar temporarias de la escuela, sentadas e incluso manifestaciones. Desde el centro de estudiantes manifestaron que “como comunidad exigimos gabinete permanente en nuestra escuela. Más de la cuarta parte del alumnado necesita de manera urgente la asistencia del gabinete, ya que muchos sufren de abusos de todo tipo, problemas de adicciones, violencia familiar y no pueden lucharla solos. ¡No queremos más suicidios!”.
Por su parte, los docentes se reunieron con las autoridades distritales y elevaron el reclamo a las autoridades políticas del distrito pero “la carta aún sigue en mesa de entradas”.