A poco más de un mes del asesinato de la policía federal en Quilmes oeste, la justicia liberó a los dos mayores que estaban detenidos en la causa. Según la jueza del caso, no encontraron pruebas suficientes para que continúen apresados. Hay indignación por parte de la familia.
Durante esta semana hubo varias novedades sobre el crimen de Micaela Romero, la efectivo que fue baleada por motochorros el 16 de agosto en un asalto en las inmediaciones de calle 395 y Carlos Pellegrini, en el barrio Kolynos. En primer término, la fiscal que investiga el homicidio pidió la prisión preventiva de dos adolescentes de 17 años detenidos por el hecho, entre ellos del presunto autor material del disparo.
Según indicaron fuentes judiciales, el juez Juan José Anglese tendrá cinco días hábiles para resolver si dicta esa medida de coerción para los acusados de “homicidio en ocasión de robo doblemente agravado”.
El requerimiento alcanzó a sólo dos de los cuatro inicialmente detenidos por el hecho, ya que los restantes, mayores de edad, fueron liberados por falta de pruebas. “Contra los dos que quedaron libres, los pocos indicios obtenidos en el inicio de la investigación fueron desvirtuados”, indicaron al mismo tiempo que aclararon que ambos quedaron sujetos al expediente.
“Esto es por las pruebas encontradas no fueron suficientes según la jueza. Ahora no sólo faltan dos prófugos, si no también tengo a dos procesados afuera. Espero que esta situación se revierta”, indicó María, la madre de Micaela en un breve comunicado al que tuvo acceso El Termómetro.