En los últimos días trascendió una encuesta realizada por Hugo Haime en el distrito de Quilmes durante el pasado mes de junio, donde se entrevistaron a 5 mil vecinos de manera telefónica y presencial, y se los consultó respecto a diferentes variables de gestión municipal como seguridad, salud, obras y servicios públicos entre otros.
En algunos casos, los números de valoración de la gestión Molina son peores de los imaginables, y aceleran la caída de imagen que vienen sufriendo los principales referentes de Cambiemos. Si bien voceros del oficialismo relativizan los números de Haime por tratarse de un consultor vinculado al “kirchnerismo”, y aseguran que otras encuestas originadas en la Provincia de Buenos Aires también exhiben los déficits de gestión pero preservan la imagen del Intendente, las luces de alarma están encendidas.
Frente a la pregunta si “han mejorado los servicios públicos (alumbrado, barrido y limpieza), los consultados contestaron que “no”, en un abrumador 78 por ciento de los casos, y sólo un 19 por ciento afirmó que hay mejoras.
Otra de las consultas estuvo referida a las mejoras en Salud, donde un 72 por ciento manifestó no percibir mejoras, y sólo un 20 por ciento reconoce que existe una mejoría. En otro punto complicado sobre las “mejoras en Seguridad”, los números tampoco son alentadores, un 67 por ciento no ve mejoras y sólo un 23 por ciento se siente más seguro”.
Pero posiblemente lo más preocupante de esta encuesta para la gestión, es que frente a la consulta si “¿siente que su barrio está siendo beneficiado con la obras públicas?, un 59 por ciento de los encuestados dijo que no, mientras que “un 30 por ciento reconoce que si”, siendo la obra pública el principal sustento de la gestión Molina.
En este marco, no resulta extraño, que los vecinos consultados si “en comparación con años anteriores mejoró su calidad de vida”, el 51 por ciento contestó que está peor, el 27 igual y apenas un 15 por ciento mejor.
Ojalá hayan tenido en cuenta a los olvidados solanenses