(Por Christian Skrilec)
Pocas cosas se han repetido tanto en la política de la última década como la expresión “no entiende nada”. Dicha frase o expresión, descalificadora y contundente, puede aplicársele a un político o a un grupo político, siempre respetándose el género, el número y la concordancia. En referencia a este texto, podríamos haberlo titulado: “los peronistas no entienden nada”.
Adentrándonos en el asunto, es propio señalar que la frase era utilizada en sus inicios por peronistas, kirchneristas experimentados y radicales (posiblemente en ese orden), para referirse a los integrantes de PRO que desembarcaban en la Provincia. También vale decir, que la frase se aplicaba correctamente en la mayoría de los casos.
El tiempo es vengativo, años después se puede afirmar que los que no entienden nada, son los peronistas, los kirchneristas experimentados, los neo kirchneristas, los radicales y por supuesto el PRO, que sigue en la misma tónica de incomprensión que antes pero en otro contexto.
Ahora en serio
La política bonaerense parece no entender o comprender que la sociedad de la Provincia de Buenos Aires, “bastión electoral del peronismo”, donde Massa se impuso por un miserable punto de diferencia sobre Javier Milei en el balotaje, está en otra sintonía.
Finge demencia a la hora de aceptar que la mitad de esta sociedad prefirió elegir un outsider visiblemente inestable y con ideas revulsivas antes que a su candidato. Que esa misma sociedad es la que sostiene en las encuestas a un Presidente que hasta ahora no ha hecho más que ajustar, degradando la calidad de vida de sus habitantes. Según los datos conocidos a la fecha no hay sector económico o social que en el primer semestre de este año haya mejorado su situación respecto al primer semestre del penoso año anterior.
¿Esos datos no los preocupan o los inquietan? ¿Que la preferencia del público elector favorezca esta política de recesión, restricción, privación y desigualdad a la “justicia social”, “los derechos”, “la inclusión” y otras ideas tan caras al sentimiento “nacional y popular”?
¿Se puede avanzar en la reconstrucción del peronismo-kirchnerismo bonaerense o nacional sin responder por qué gran parte de la clase media aspiracional y los trabajadores pobres, buena parte de los sectores excluidos y la mayoría de los jóvenes prefieren un libertario cuyo único amor declarado son los perros a un sensible representante del campo popular?
La partitura de Kicillof
Una vez que no nos aburre con su habitual farrago de torpezas discursivas, reconozcámoselo. Afirmar que el peronismo-kirchnerismo debía actualizar la partitura y cambiar la música fue un acierto, una idea sencilla de comprender que fue combatida precipitadamente por el fundamentalismo K y el extremismo pejotista. Con la enunciación de esa idea, Kicillof tuvo un gesto de comprensión, de entendimiento.
¿Entonces Kicillof entiende? No, todo lo que hizo después lo mete en el conjunto de peronistas que no entienden nada. Su responsabilidad es inevitable, pero la influencia del entorno, que objetiva y decididamente no entiende nada, pudo hacerlo desbarrancar.
Kicillof demuestra que no entiende cuando sigue hablándole de derechos a bonaerenses que nunca accedieron a ellos. No entiende cuando sigue saliendo en la foto al lado de Roberto Baradel, reconocido abanderado de la debacle educativa bonaerense. Sigue sin entender cuando va a La Matanza el día siguiente que el Intendente Espinoza es expuesto y denunciado públicamente por abuso. No entiende cuando avala a Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, a “armar” la Tercera Sección electoral juntando cadáveres políticos carentes de votos o mamarrachos repletos de acusaciones. No entiende que cuando el Presidente lo elige como enemigo, no es porque le tiene miedo, sino porque que si continúa con esta estrategia, más que un rival será un sparring.
Cambiar la música, modificar la partitura, exige músicos competentes.
Moreno y Grabois, el entendimiento tardío y el criterio
Ante la ausencia y la incomprensión de la referencia política, tanto Guillermo Moreno como Juan Grabois se posicionan como voceros opositores.
Admitámoslo, Moreno entiende pero atrasa. Sin dudas el Manual de Conducción Política escrito por el General Perón es un libro excepcional, pero se redactó en el año 1951 y se publicó en 1952. Se puede aseverar sin temor a equivocarse, que si el General tuviera que redactar nuevamente ese manual modificaría muchas cosas, posiblemente también modificaría varias de las verdades peronistas y de los preceptos de la mentada “economía peronista”. Moreno le habla a sexagenarios envejecidos, octogenarios apendejados y a jóvenes distraídos, pero al menos habla.
El otro que habla es Juan Grabois. Posiblemente presionado por un gobierno que tiene a las organizaciones sociales en la mira, a todos menos al pecaminoso Movimiento Evita, Grabois sale a jugar con mucho más criterio de lo esperado. Pide autocrítica, pide organización y resistencia ante el modelo oficialista, y fundamentalmente, pide a sus compañeros opositores que “se dejen de pelotudeces”.
Finalmente, podríamos decir que encontramos a un referente al que no podemos descalificar por no entender nada, pero como todos saben, Grabois no es peronista.
Gracias por leer.