(por Ezequiel González)
La suspensión de las primarias abiertas, la estrategia electoral que hoy analizan como la mejor para enfrentar las presidenciales ante la crisis económica nacional, y con la que el Frente de Todos cree que puede la provincia de Buenos Aires, podría ser la perdición para el peronismo lanusense. Las PASO fueron el gran ordenador en los últimos dos comicios y garantizaron una frágil unidad, hoy reflejada en la conformación del Partido Justicialista. A quién le sirve y quienes pierden sin interna.
Los Gobernadores presionan en el Congreso, los Intendentes empujan en off, sin meter la discusión en la legislatura: la suspensión por única vez de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias parece ser hoy la única estrategia electoral que el oficialismo nacional encuentra para mermar una derrota que se avecina inevitable. Al mismo tiempo, entienden que ayudaría a retener la Provincia. En los distritos la historia es distinta.
Una de las acusaciones cruzadas el año pasado por la derrota ante Juntos en la legislativas fue la falta de internas. En el territorio bonaerense quedaron afuera alrededor de 80 listas que quería disputar las PASO, la mayoría ante la fuerza del intendente de turno. Los heridos abandonaron un barco que no los contuvo y si bien no terminaron jugando con la oposición no empujaron a los pobres candidatos a diputados que ofrecía el Frente.
En Lanús esa situación fue central para hacer la mejor elección desde 2015, a pesar de terminar cayendo ante el candidato de Grindetti por poco más de un punto.
La unidad que se gestión post PASO 2021 se refrendó en la elección del Partido Justicialista a principio de este año. Pero esa unidad es frágil, pende de un hilo. No hay lugar para todos y son muchos los que quieren cobrar, seguir cobrando o no perder el año que viene.
El presidente del PJ local, Julián Álvarez, es número puesto y el Ateneo Néstor Kirchner trabaja en su candidatura. Cuenta hoy con el favor de Máximo Kirchner. Ante los cambios en la ley que impedía la reelección de los Intendentes que dio un mandato más a los Jefes Comunales, La Cámpora tiene dos distritos en la tercera donde sabe que empujará: Quilmes y Lanús. A nivel local no hay forma que lo bajen, es hoy la cara de la oposición a Grindetti, pero sin PASO depende de un acuerdo superestructural.
Con eso en mente en los últimos días el diputado provincial por el Frente Renovador está llamando ex dirigentes alejados del espacio massistas para tentarlos a volver. Los busca seducir con un análisis llano: Sergio Massa será el candidato a presidente del Frente de Todos y en los acuerdos pre-electorales, en la Tercera, solo pedirá un distrito: Lanús, el Municipio con mayor estructura y con la facilidad que da ser opositor y no tener que pasar por encima de un Jefe Comunal en gestión.
Russo apuesta que las PASO se caigan, Massa también, si aspira llegar a una segunda vuelta. Pero dentro del peronismo no están todos convencidos. El Movimiento Evita plantó su postura de sostener las internas abiertas. Con el control de solo un municipio en el Conurbano pero algunos aspirante, entienden esa como la mejor forma de ampliar su armado.
Lanús es central en esa estrategia, ven a Agustín Balladares con alta proyección y tiene el empuje de Fernando “Chino” Navarro. El hombre de Lanús para Lanús hoy asegura que trabajar para jugar una interna. El 30 por ciento que cosechó en las últimas dos PASO lo avalan. Pero también sabe que la relación con las organizaciones sociales no es la mejor, la caída de la imagen de Alberto Fernández les pasa factura y se quedan sin terminal en la mesa chica. En ese contexto, su valor en el territorio se multiplica porque sabe que podría inclinar la balanza en una elección pareja . Ninguna otra organización tiene el mismo trabajo territorial.
En una situación rara está hoy Omar Galdurralde, el otro que compitió en las primarias del año pasado. La sociedad Máximo Kirchner – Martín Insaurralde se consolidó, eso lo deja en una posición incómoda. Sostiene sus aspiraciones pero sabe que en última instancia hoy su conducción tiene la misma terminal que la de Julián Álvarez. Aún así continúa caminando y generando un armado propio, pero lejos de Darío Díaz Pérez quien lo trajo al distrito. Mientras el ex intendente busca tender puentes a ver si consigue un lugar en alguna lista para alguien de su espacio. Las malas lenguas dicen que hasta se animó a llamarlo a Julián Álvarez para limar asperezas.
Una señal de la fragilidad de la unidad del peronismo la da el Concejo Deliberante donde con 11 concejales hay 5 bloques distintos. La preponderancia del bloque del Ateneo comenzó a incomodar a otros ediles que mostraron sus diferencias en los últimos días cruzaron llamados para sondear la posibilidad de armar un espacio más numeroso. La propuesta cayó en la nada.
Pero, esas diferencias no quedan solo en el legislativo local porque los acuerdos que se tejen explotan afuera. Como en el acto del PJ ante el “avance judicial contra Cristina” a fines de agosto cuando el presidente del partido sentenció que “no hay lugar para traidores” durante su discursos y después se lo repitió en privado a un dirigente de una agrupación nacional vinculada a Alicia Kirchner.
La gran incógnita para el peronismo lanusense es cómo llegar a un acuerdo si se suspenden las PASO, cuántos lesionados puede dejar un cierre de la superestructura sin permitir dirimir las diferencias en las urnas como bien funcionó en 2021 cuando el kirchnerismo hizo la mejor elección contra Cambiemos desde 2015.