En medio de las polémicas por el plan de vacunación y pese a la incertidumbre del calendario electoral, los dirigentes del Pro de la tercera sección electoral comenzaron a discutir candidaturas. El liderazgo seccional del Intendente Néstor Grindetti no registra apelaciones, excepto en La Matanza, donde la injerencia del lanusense se relativiza entre las figuras del diputado Cristian Ritondo y el ex ministro de Educación Alejandro Finocchiaro.
La estrategia del Pro para el armado de las listas que competirán en las próximas elecciones tiene una semejanza clave con lo ocurrido en el 2017, y es la idea que quienes quieran competir por las intendencias en el 2023 deben encabezar las listas de concejales en el 2021. Esta idea no tiene objeciones en distritos como Florencio Varela y Berazategui, donde Pablo Alaníz y Juan Amendolagine, no ofrecerán resistencias, pero se complica en un puñado de distritos claves.
En Quilmes, el ex intendente Martiniano Molina, descartó la posibilidad de encabezar la lista de concejales e hizo trascender sus aspiraciones legislativas a nivel nacional y provincial. Si bien la posibilidad de una candidatura a diputado nacional por la Provincia se desdibujó en el último tiempo, será difícil resistir su ambición de integrar la lista de diputados provinciales por la Tercera Sección.
Durante la jornada de ayer, Grindetti y el diputado bonaerense Adrián Urreli se reunieron con Molina pero no llegaron a un entendimiento. Según los números de las encuestas que maneja el Pro, Molina tendría chances de ganar la elección de medio término en Quilmes si encabeza la lista local, lo que allanaría un posible retorno a la intendencia. No obstante, las mismas encuestas lo catapultan a Molina como el dirigente del Pro con mayor nivel de conocimiento e imagen positiva de toda la Tercera Sección. En resumen, la idea es que la foto de Martiniano aparezca en la boleta.
En este marco, se produce un choque de intereses, ya que Grindetti necesita consolidar el manejo de la lapicera amarilla en la sección ubicando en la cabeza de la lista de la Tercera al actual diputado bonaerense Adrián Urreli. Por trascendidos que pudo obtener este medio, Molina estaría dispuesto a resignar el primer lugar en la lista de diputados, pero en ese caso su foto saldría de la boleta, quitándole posibilidades a la lista quilmeña.
Pero Quilmes no es el único distrito díscolo a la estrategia. En Avellaneda, Luis Otero tampoco quiere encabezar la lista de concejales aunque si pretende volver a pelear por la intendencia en el 2023. La situación de Otero es particular, ya que es parte de Cambiemos pero como referente de la UCR. Los radicales van a internas el próximo 21 de marzo. Si bien el diputado Maxi Abad, a quien Otero acompaña, es el favorito para ganarle al intendente Gustavo Pose la elección partidaria bonaerense, en la Tercera Sección la balanza podría inclinarse en favor del intendente de San Isidro, y en Avellaneda, la elección partidaria se presenta como muy disputada. Si Otero pierde la interna, su futuro político está en jaque.
En Almirante Brown también hay resistencias, ya que Carlos Regazzoni no tiene intenciones de renovar su banca pero sí de integrar la lista de diputados nacionales. La ambición de Regazzoni se sustenta exclusivamente es sus apariciones televisivas comentando los avatares del Covid 19, porque en el campo electoral viene de ser vapuleado en la pasada elección en todas las localidades de Brown a excepción de Adrogué, donde consiguió una ventaja exigua pese a contar con un electorado históricamente antiperonista. El fracaso de Regazzoni fue tan estruendoso, que en las filas del Pro se maneja la opción que la actual diputada nacional Camila Crescimbeni sea la candidata a intendenta en el 2023.
Otra particularidad se da en Lanús, donde todavía no asoma la cabeza de lista. Mientras Grindetti intenta ordenar la Tercera, y su sucesión ya está en manos del actual Jefe de Gabinete Diego Kravetz, la primera candidatura local es una incógnita. En Lanús se cree que la creciente figura de Grindetti y el incipiente rumor de una posible precandidatura a gobernador, sumado al armado seccional de Kravetz a través de “Hacemos”, es suficiente para imponerse a un Frente de Todos que vive una interna compleja entre Nicolás Russo, Julián Álvarez y Agustín Balladares.
Respecto a Hacemos, hay que mencionar que su fuerte está en Lomas de Zamora, donde Cambiemos parece haber encontrado el candidato que no tuvo en elecciones anteriores. Allí, la injerencia de Guillermo Viñuales, ex jefe de gabinete de Martín Insaurralde, será clave en el armado de la lista opositora, más cuando María Elena Torresi y Gabriel Mércuri quedaron totalmente desdibujados en el sector. También hay que destacar en esa especie de “peronismo amarillo”, la figura de Mario Kanashiro, que en Florencio Varela hizo la mejor elección del “lavagnismo” de toda la Provincia. El resto de los integrantes del armado de Kravetz, apenas califican como extras en la película electoral.
Para cerrar este panorama de las principales candidaturas en la Tercera, la lista seccional sigue dependiendo de muchos factores, tales como el regreso de María Eugenia Vidal a la arena electoral de la provincia encabezando la lista de diputados nacionales, el resultado de la interna radical y el acuerdo con otras fuerzas políticas que podrían regresar o sumarse al frente opositor. Por ahora, de las siete bancas obtenidas en el 2017 por la oposición en la Tercera, solo dos tienen asegurada su renovación, Adrián Urreli y Marisel Etchecoín Moro. Los demás, sea por haberse ido del espacio, por haber sido electos en dos ocasiones consecutivas, o por carecer de capital político, deberán buscarse otros destinos.