El aislamiento sorprendió a la sociedad, impuso cambios en la vida cotidiana y creó una “nueva normalidad” que todavía no termina de afirmarse. Con una incertidumbre constante, además de las consecuencias económicas del caso, estos cien días modificaron la rutina de las personas e impactaron en diversos aspectos y a todos los grupos etarios.
“A todos nos afecta una cuarentena que no la esperábamos, era ciencia ficción pensar que íbamos a pasar por una pandemia. Lo central es lo abrupto de esto y el tema de la prolongación: esto de no saber cuánto se va a terminar influye en todos”, expresó en diálogo con El Termómetro la licenciada en psicología Marina Betrán Román.
En este sentido, señaló que si bien existen “diferentes niveles de afectación” entre niños, adolescentes y adultos, están atravesados de la misma manera y todos deben hacer frente a la situación aunque las herramientas para ello sean distintas.
“Con el paso del tiempo se pueden ver cambios de humor, alteraciones en el sueño. En el caso de los adolescentes, están la etapa de separarse de los padres, de empezar a salir y armar su independencia y de repente se encuentran todos los días en la casa con los papás; algunos pueden encontrar lo beneficioso de estar encerrados si son más retraídos”, indicó e insistió en que “todas las edades se ven atravesadas por síntomas aunque depende de los recursos singulares que cada uno tenga”.
En esa línea, reparó en que todas las situaciones son particulares y los efectos del encierro van en ese sentido, tanto en las parejas, en aquellas que tienen hijos como las que no, y en las personas que viven solas. En ese caso, “sin generalizar”, evaluó que “puede ser más abrumador” pese a que exista el contacto virtual con otras.
Por otra parte, pese a que el horizonte sea incierto y en líneas generales sea difícil sacar conclusiones positivas de este tiempo extraordinario, Betrán observó que hay quienes utilizaron este tiempo “para proyectar algo para la post pandemia”.
“Muchos pueden conectarse consigo mismo desde otro lugar y eso probablemente implique consecuencias positivas, hay gente que está armando emprendimientos porque ahora tiene la posibilidad de hacerlo. Hay gente que puede tener efectos positivos, que surjan cuestiones que nos puedan hacer pensar y redefinir cuestiones de cómo vivimos”,
manifestó.
Panorama laboral
Por otra parte, la licenciada se refirió a las complicaciones que surgieron en su propio campo laboral debido a que no fueron incluidos entre las actividades definidas como “esenciales” y debieron readaptarse parar seguir con la atención de los pacientes de forma virtual. No obstante, el panorama también es difícil debido a que no todos cuentan con las condiciones necesarias, por cuestiones de ambiente, para una correcta intervención profesional.
“También están las patologías graves, que no pueden ser atendidas vía remota. Cuando todo esto pase volveremos al consultorio”, indicó.
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Muy interesantes la entrevista a la Licenciada Betrán y la nota, es un tema amplio que impacta en la comunidad, tal vez puedan darle continuidad en futuros programas.