En un contexto de incertidumbre, con diferencias a lo largo y ancho del país sobre las estrategias que se usarán en materia de educación, el ex ministro bonaerense Mario Oporto analizó el escenario y consideró que la emergencia aparece como una “buena oportunidad” para repensar el sistema educativo”. Además, calificó como acertadas las decisiones para el sector pese a las incógnitas planteadas, pero reparó en que la modalidad virtual “acrecienta las desigualdades”.
“Me parece que se hicieron bien las cosas en una situación muy dificultosa de constante prueba y error. El año no está perdido, haber suspendido las clases hubiera sido decretar un año de vacaciones y eso no hubiese sido bueno: el alumno también está en una situación de emergencia», expresó en diálogo con El Termómetro.
En medio de una creciente cantidad de casos, en particular en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), deslizó que no se vislumbran definiciones respecto a las posibilidades de volver a las aulas ya que “es una situación extremadamente anormal que no depende de decisiones educativas, sino sanitarias”.
“Mientras tanto hay que construir estrategias para que no se pierda el año, para no perder ningún alumno, y en tercer lugar para construir escenarios de post pandemia, incluso a largo plazo”, agregó.
En ese sentido, observó necesario “planificar un ciclo bi anual” teniendo en cuenta la continuidad hacia el ciclo lectivo 2021. Desde su óptica, “aferrarse conservadoramente a que la única posibilidad de la educación es la planificación anual no es correcto, ni (tampoco) pensarla en circunstancias normales”.
“En esta emergencia lo que planificamos en un año, en la emergencia tenemos que planificarlo globalmente. Tenemos que pensar un retorno a la escuela distinto, dar una planificación más amplia para ir recuperando lo que no hicimos este año y también hay que replantearse qué queremos que aprendan los chicos”, expresó.
Con un panorama crítico de larga data agravado por las condiciones actuales, el ex funcionario provincial puso el foco de atención en el nivel secundario del Conurbano, donde “hay escuelas más populosas” con más traslado en el transporte público, tanto del estudiantado como en el cuerpo docente”.
“El secundario tiene una crisis previa relacionada con la deserción y el abandono. En este momento, la prioridad es no perder chicos”, reafirmó e insistió en que la virtualidad amplió las distancias ya que “no todos los chicos tienen conexión a internet, no todos los que tienen se pueden conectar de manera virtual y no todas las familias están capacitadas para hacer un acompañamiento escolar”.
Más allá de los cuestionamientos y dudas actuales, el también docente insistió en que el actual “es un momento para estar serenos” y tener en cuenta “que si nada es normal porqué tiene que ser normal la escuela».
«Va a haber una tensión entre quienes creen que esto es una oportunidad para hacer transformaciones y aquellos que creen que esto es un paréntesis entre dos normalidades y que después volveremos a lo que era antes (…) Yo creo que es una buena oportunidad, que es muy importante que los docentes se comuniquen con los alumnos y las familias, y que además se conecten con sus colegas y sean capaces de dar tareas multidisciplinarias a sus alumnos”, manifestó.