(Por Christian Skrilec)
No creo que a nadie sorprenda el estilo de la intendenta Mayra Mendoza. Lo que se observa en estas primeras semanas de gestión al frente del Municipio de Quilmes, serán una constante, posiblemente, durante todo el 2020.
El valor agregado de Mayra pasa por la política. Para los distraídos, o poco perceptivos, hay que recordar que Mayra se convierte en Intendenta luego de ejercer ocho años como diputada nacional, ser una de las máximas referentes de La Cámpora, y una de las figuras más representativas del “kirchnerismo”. Estos antecedentes necesariamente tienen una consecuencia.
Presten atención a lo siguiente: Mayra recibió o visitó a los ministros nacionales Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), y Nicolás Trota (Educación y Cultura). A ellos deben agregarse las visitas de la titular de Aysa, Malena Galmarini, y de la responsable del Consejo Federal de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz. Además, tuvo encuentros con los ministros provinciales Daniel Gollan (Salud), Agustín Simone (Infraestructura y Servicios Públicos), Estela Díaz (Género), Sergio Berni (Seguridad), Fernanda Raverta (Desarrollo Social), y Agustina Vila (Educación). Seguramente olvido a alguien y es posible que en estos días la Intendenta mantenga alguna nueva reunión con un Ministro, pero el detalle no hace a la cuestión. Lo que está claro, es que si bien algunas de las visitas fueron parte de giras ministeriales, a nadie se le ocurre saltear Quilmes, y todos, antes o después se sientan con la Intendenta.
En este contexto, es necio no recordar que en la asunción de Mayra, estuvo presente la ex presidenta Cristina Kirchner. También estuvo en La Matanza, cuyo peso electoral obliga, y en Avellaneda, donde era imposible no reconocer el esfuerzo de Ferraresi con el Instituto Patria. La diferencia es que con Quilmes, Cristina no tenía ninguna obligación, salvo la del madrinazgo de la Intendenta. Ese madrinazgo y el respaldo de La Cámpora, explican también el listado del párrafo anterior.
La clave de este poder político que se empieza a esbozar hacia y desde el distrito, es si va a tener una repercusión directa en la gestión de gobierno. Un gesto atendible fue el de Sergio Berni, quién ante el reclamo de Mendoza, habilitó la instalación de una oficina de recepción de denuncias en el barrio La Paz. Otro dato interesante, surge del encuentro con Katopodis y Simone, el ministro de Obras Públicas de la Nación, garantizó la finalización de las obras hidráulicas en la ribera, mientras que su par provincial, se comprometió en la limpieza de los arroyos. Temas prioritarios para la Intendenta.
Desde el entorno de Mayra aseguran que todos los encuentros fueron altamente positivos, pero la colaboración está supeditada las políticas que se empiecen a ejecutar desde la Nación y la Provincia, gestiones que hasta ahora siguen empantanadas en el problema económico.
Otro dato a tener en cuenta, es que el responsable provincial de Infraestructura Escolar, Alejandro Lambezat, confirmó que en el plan bonaerense “Escuelas a la Obra”, Quilmes está entre los distritos donde más escuelas se van a intervenir.
A esta línea directa que ostenta Mayra con el poder oficialista, hay que agregarle lo que podríamos llamar vocación militante. A la Intendenta le gusta caminar. Su presencia en los barrios, su participación en los operativos de limpieza, su visita a los centros de salud o de gestión, la muestran cerca del vecino. La presencia, es la forma más elemental de hacer política.
Si sintetizamos los dos aspectos, la incidencia en las altas esferas y la vocación militante, Mayra logra construir un paraguas para la gestión de gobierno, esencial para garantizar la tranquilidad de algunas secretarías y funcionarios que todavía no está claro si están a la altura de las obligaciones que genera un distrito como Quilmes.
El gobierno anterior creía que se gestionaba sin política, y así terminó. El error en el que no debe caer el gobierno actual, es creer que este paraguas que sostiene la Intendenta, puede mantener a cubierto los errores, la falta de respuesta o el amateurismo, de manera indefinida.
Gracias por leer.
*Publicado en la edición 962 del semanario “El Suburbano”.