Tras un año marcado por muchas dificultades en lo social, lo económico y lo sanitario, desde la Diócesis de Quilmes el Padre Maxi expresó un mensaje de esperanza y enfatizó en la necesidad de mantener los cuidados relativos a la pandemia. Además, en la previa al tratamiento en el Senado, se refirió al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y si bien ratificó que la Iglesia está en contra, admitió que es “un tema conflictivo que está en debate hace siglos”.
“Tenemos un enorme deseo de dejar atrás esto para ver cómo nos reconstruimos, pero no aceptamos que todavía estamos en esto y no sabemos qué va a pasar. Es un panorama incómodo y hay mucha incertidumbre», sostuvo el obispo auxiliar en diálogo con El Termómetro.
En este contexto, definió a la llegada y a la permanencia del coronavirus como “una tempestad” y señaló que en esta parte del continente tuvo un impacto mayor ya que “en Argentina y en toda América Latina hay fuertes situaciones de desigualdad, injusticia y mucho por hacer”.
“Es un territorio complejo, tensionado, con desorden poblacional, histórico, pero sería injusto si no levantamos la mirada de un periodo extenso de dificultades”, evaluó.
Frente a este panorama, consideró que el primer concepto que hay que asumir “es que hay que cuidarse”, tanto en lo relativo a la salud como a los vínculos.
“Se puede estar cerca sin estar pegados, la distancia es lo contrario de Dios en la Navidad, creo que será una noche para pedirse perdón, en esta noche oscura de mucha incertidumbre apostar a un nuevo amanecer con posibilidades de caminar juntos, porque nadie se salva solo”, manifestó.
En esta Nochebuena tan particular, además, recordó que el Obispado hará la cena que cada año ofrece a las personas que viven en la calle o que no tienen con quién compartirla. En las circunstancias actuales, debido a las restricciones por las medidas de distanciamiento social, la decisión fue repartir viandas. Estiman que distribuirán alrededor de mil porciones de comida, el doble de la cantidad usual.
Por otra parte, el sacerdote también habló respecto a la discusión sobre la IVE, que la próxima semana se tratará en Cámara de Senadores y si bien reiteró que es una iniciativa rechazada por la Iglesia, resaltó que no está en ese sector el poder de decisión final.
“No creo que a esta altura de la vida haya alguien que no conozca el pensamiento de la iglesia al respecto, profesamos una fe compartida que dice en su doctrina que esto nosotros no lo aceptamos de este modo. Estamos en contra de una ley que habilite el aborto, no obstante, sigue siendo un tema conflictivo hace siglos, es un debate pre religioso”, aseveró.
Pese a esto, manifestó su sorpresa por la forma en que se expresan ciertos sectores de los denominados “próvida”, así como la mirada y el rol que otros le atribuyen al clero.
“Algunas posiciones celestes que me dan vergüenza ajena, me pregunto qué nos pasa a la Argentina que no parece estar a la altura de un debate como este tema, que lo asume como comparsas que pasan por la calle con colores (…) Vivimos en una sociedad democrática, nosotros no somos legisladores, en todo caso hay que reclamarles a quienes votamos, y en todo caso hay que respetar esas decisiones”, agregó y reparó en que “la iglesia no es el poder público”.