(Por Cristian Skrilec)
Martiniano se despierta temprano en su casa de la ribera. El calor empieza a apretar antes de tiempo, pero a eso hora, las 6 y 20 de la mañana, el clima es agradable.
Martiniano camina por la huerta y percibe el olor de la albaca fresca. Cocinar, “hoy podría cocinar”, piensa Martiniano mientras revisa los tallos, las hojas, y los ajíes color verde que cuelgan brillantes y listos para ser usados.
Pero Martiniano cada vez cocina menos, duerme menos y disfruta menos. A pesar de la hora, apenas pasaron 5 minutos de las 7 de la mañana, decide irse al Municipio. Son sus últimos días como Intendente.
En la municipalidad no hay más que un puñado de empleados, la mayoría de seguridad y algunos de tránsito. El personal de planta empezará a llegar en un rato y la mayoría de los funcionarios a media mañana. Ya en su despacho, se prepara un mate y se sienta en su escritorio, se quita las zapatillas, apoya los pies en el suelo y estira los dedos. Se pregunta si Mayra, su reemplazante en el cargo, también caminará descalza por el despacho del intendente.
Siempre imaginó que serían ocho años, ocho años como intendente y después quién sabe. Hasta su padre alguna vez soñó despierto con que Martiniano podría convertirse en gobernador. Estuvo cerca, no de la gobernación pero si de la reelección. Más de ciento cincuenta mil votos, más de ciento cincuenta mil quilmeños lo acompañaron en las urnas pero no alcanzó. Martiniano sigue con las mismas dudas en su cabeza: si la economía mejoraba, si Vidal se esforzaba, si Macri levantaba un poco más… tal vez llegaba.
Para adentro tiene menos dudas, “hicimos una buena gestión”, se repite a sí mismo mientras apoya su mano sobre el pecho. Martiniano imagina una cámara que lo filma, endereza el cuerpo en la silla y en tono firme asegura: “Hicimos una gran gestión, los vecinos nos van a extrañar”. Pero no hay cámaras, no hay transmisión, no hay segundo mandato. Martiniano muere por un tostado de miga con jamón y queso, pero en las oficinas todavía no hay nadie a quién pedírselo.
Martiniano llama a su hermano. No contesta. Tomás está en Brasil y no le gusta cargar con el celular de un lado a otro, o pensándolo bien, seguro que está descansando. No se le pasa el antojo del tostado, lo llama a Sterli, para su sorpresa, y pese al horario, son casi las 8 de la mañana, Sterli contesta: “Hola Marty”. “Hola Guille” saluda Martiniano entusiasmado y lo invita a desayunar. Pero el diputado provincial, con tono cansino, desiste: “Ahora se me complica Marty, estoy armando las valijas, me voy a tomar unos días”, “¿necesitás algo?”. “No”, contesta secamente Martiniano, le desea buen viaje y corta.
Piensa en todos a los que les dio trabajo, recursos, poder. Piensa en los que se fueron cuando las cosas empezaron a ponerse feas, en los que nunca entendieron lo que se jugaba, en las renuncias que no pidió a tiempo. Piensa en las cosas que cambiará cuando vuelva, porque está convencido que va a volver.
Dos días después de la derrota fue a almorzar con algunos funcionarios a una conocida parrilla de la ciudad. Los comensales lo aplaudieron, el mozo le pidió una foto, se sacó una selfie con comerciante que lo felicitó por todas las obras que había hecho. Se sentó en la mesa con una sonrisa de satisfacción y preguntó: “¿Vieron?”. Uno de sus funcionarios tuvo la tentación de decirle que Quilmes Centro no era Solano, ni la IAPI, ni Ezpeleta Oeste, o tantos otros lugares de la ciudad donde el aplauso y las selfies son mucho más difíciles de conseguir. Pero el funcionario no quiso arruinar el almuerzo.
Martiniano se convence que para empezar hay que taparle la boca a todos los que dicen que se va a dedicar a la cocina. Se prepara mentalmente para “hacer política”. Imagina mucha ida y vuelta a Rosario, mucha reunión trasnochada con referentes del PRO y algunos desayunos con los concejales propios. Imagina su candidatura a primer diputado provincial en la elección del 2021, y se sueña ganando, festejando en un escenario improvisado en el centro de Quilmes y anunciando su regreso a la intendencia para el 2023.
Golpean. Martiniano despierta. Su secretaria se asoma y le pregunta si necesita algo. Martiniano, parado, descalzo en el medio de su despacho, contesta: “Un tostado”.
Gracias por leer.
me tienen harta con decir que quilmes no es solano y si tanto les interesa no sentirse segundo porque algun cnsejal o politico presentan al consejo el proyecto de separar solano de quilmes
ya que se consideran tan autonomos seria un alivio para quilmes ya que dispondrian de mas dinero para quilmes
me parece que llego el momento de pedir la autonomia de solano ,propongo una votacion obligatoria para los ciudadanos y tambien la delimitaacion de la misma creo que a partir de camino belgrano seria razonable , me gustaria que se trate esta propuesta ya que los solaneros reclaman a gritos porque dicen que nadie se ocupa de la misma.
yo soy y vivo en quilmes
Tot de acuerdo, la autonomía a solano y ezpeleta
Alguna vez hace muchos años allá bpor el año 88 le plantearon al q era intendente… Hace la separación de Solano y Quilmes… Plantearon opciones, gestión, obras, todo. Luego de escuchar a todos lo q expusieron el intendente de entonces… Dijo q todo lo q hablaron estaba muy bien… Ahí fue hizo una sola pregunta… Está todo muy lindo… Ahora dnd van a poner el cementerio…? Nunca hubo una respuesta… Nos retiramos y no volví a escuchar del tema…
No entendiate el texto….donde menos hizo MM fue en solano la IAPI o si quieres entender en quilmes oeste!!! No alcanzó a entender por donde debia tambien tansitr y hacer…rodeado de pendejos coperudos del pro q no tienen ni experiencia ni calle !!!! Perdio por soberbio y porq su flia con hermaniro y flia estaban de puro turismo!!! No se hagan q se pusieron a afanar a criar lanas….perdieeon por soberbios!!! Ojo q hasta yo lo vote pero cuando quise trabajar me pudieron parte de mi sueldo!!! Mucha corrupción y mas de lo mismo….
Muy buena redacción yo lo bote y lo volvería a ser yo creo que es verdad que hay mucho todavía x aser si escuche que Solano nadie se acuerda a veces luchamos con nosotros mismos x que los arrollos los en sucian los vecinos .les deceo a todos los que votaron a esta señora les solucione los problemas y que estos cuatro años no nos llenemos de transas x un Quilmes mejor gracias Martiniano x todo
Muy buena redacción yo lo bote y lo volvería a ser yo creo que es verdad que hay mucho todavía x aser si escuche que Solano nadie se acuerda a veces luchamos con nosotros mismos x que los arrollos los en sucian los vecinos .les deceo a todos los que votaron a esta señora les solucione los problemas y que estos cuatro años no nos llenemos de transas x un Quilmes mejor gracias Martiniano x todo