(Por Christian Skrilec)
El próximo domingo se celebran elecciones, hay mucho para decir y poco tiempo para escribir. A continuación publicamos algunos apuntes que en otro contexto tendrían un desarrollo diferente.
No elegimos nada
Es cierto, salvo que en tu distrito haya internas en algunos de los frentes, no elegís mucho. Los ganadores en las categorías presidente, gobernador, diputado nacional y senador provincial, en realidad no ganarán nada, sólo serán los más votados en esa categoría. En los distritos donde hay más de una lista municipal por frente, los más votados ganan el derecho a participar en octubre. Tu elección, tu voto, le dará el triunfo a los que participen en internas a intendente, concejales y consejeros escolares; y les dará el respaldo a los candidatos de las otras categorías.
Paradójicamente, en estas elecciones denominadas PASO, por ser Primarias Abiertas Obligatorias y Simultáneas, donde no elegimos nada, pueden darse resultados definitivos en todas las categorías. La razón es simple, hay resultados irremontables. Un ejemplo sencillo: si en Berazategui el candidato del “Frente de Todos” se impone en la competencia municipal por 30 puntos porcentuales, digamos 60 a 30, sobre el candidato de “Juntos por el Cambio”, no hay reversión posible.
Lamentablemente, las cuentas no serán tan elementales.
Encuestas
Después de las elecciones de Donald Trump en Estados Unidos y del Brexit en Gran Bretaña, las principales encuestadoras del mundo salieron a explicar de mil maneras sus groseros errores de predicción. Las más sensatas se limitan a dos argumentaciones simples: las encuestas son proyecciones matemáticas que varían según los datos que se introducen (si las muestras son equivocadas las proyecciones son pésimas), el otro argumento es más simple todavía, sólo una de cada diez personas está dispuesta a responder una encuesta telefónica, y la cifra cae a apenas el 4 por ciento si la encuesta es personalizada.
En la argentina, la abrumadora mayoría de las encuestas son telefónicas, ya que las personalizadas son mucho más costosas. Las encuestas telefónicas se hacen sobre teléfonos fijos.
Entonces se hace importante aclarar que en nuestro país, mientras que desde el 2015 hay más teléfonos celulares que habitantes, las líneas fijas fueron cayendo a un ritmo de 25.000 usuarios por mes. Después del 2014, un año negro para las empresas de telecomunicaciones donde se bajaron del servicio 1.500.000 usuarios, menos del 70 por ciento de los hogares contaba con una línea de teléfono fija. Pese a no haber datos oficiales, se especula que hoy día sólo 6 de cada diez hogares tiene teléfono.
El conurbano bonaerense, paisaje que recorren habitualmente los encuestadores, donde se multiplican las híperpobladas periferias, el teléfono fijo ha desaparecido.
En conclusión, no me llames para darme el numeró de la última encuesta.
La increíble motivación quilmeña
Cuanto más cerca está el Intendente de Quilmes de las PASO, más se convence que en octubre será reelecto. El oficialismo local, con Martiniano Molina a la cabeza, rebalsa de entusiasmo. Según ellos, al final del camino, reeligen todos, Macri-Vidal-Molina.
Los referentes de campaña de Mayra Mendoza, la favorita para ganar la interna del Frente de Todos, se muestran relajados por un triunfo seguro. Francisco “Barba” Gutiérrez dice estar “convencido” de ganar. Desde el bunker de Matías Festucca se trasmite puro optimismo y creen que dan la sorpresa. Roberto Gaudio afirma que él y su gente van a dar pelea hasta el final y que la elección interna está para cualquiera.
Es obvio, el 11 de agosto más de uno “se la pega en la pera”.
Es difícil explicar este entusiasmo desbordante, este optimismo desmedido. Walter Di Giuseppe y Fernando Pérez, quienes compiten en la interna de Consenso Federal, creen con una fe envidiable, ambos, que si las elecciones fueran exclusivamente municipales podrían haberse alzado con la intendencia.
No está claro si es el entorno de obsecuentes y farabutes que suele afectar la claridad de los dirigentes, el verse permanentemente reflejados en los carteles de publicidad, o simplemente un cruel engaño de los vecinos, que para tomarse una revancha personal con la política, les mienten y les dicen que van a votarlos.
Gracias por leer.