Los concejales de Quilmes tuvieron un día largo y tenso desde el comienzo. La sesión por el día de la memoria generó fuertes cruces; pero luego la tensión se trasladó a la sesión ordinaria que comenzó pasadas las doce del mediodía y que recién pudieron finalizar a las siete de la tarde. El comienzo del año electoral y la ruptura de algunas alianzas de Cambiemos comienzan a exhibir las complejidades que tendrán que enfrentar desde el oficialismo.
En Quilmes, Cambiemos no tiene mayoría, cuenta sólo con nueve concejales propios. Sin embargo, durante el año pasado el apoyo de sus aliados hizo que pudieran aprobar sus iniciativas y no afrontar demasiados conflictos. Se trata de los concejales Gastón Fragueiro, que dejó el espacio luego de que no le cumplieran la promesa de nombrarlo en un juzgado de faltas; Gustavo Montes, que responde a Facundo Moyano y que hoy en campaña electoral, en el espacio de Felipe Sola, comienza a cuidarse de no quedar pegado al oficialismo; al igual que Federico D´Angelo (Frente Renovador) y el apoyo circunstancial de los dos concejales de la UCR (Camaño y Vallejos) quienes tienen bloque propio y responden al diputado Pérez, enfrentado a Martiniano Molina.
Si bien en la primera sesión ordinaria se vio que durante el año electoral la oposición cuenta con la capacidad de votar cualquier iniciativa y reclamo que pongan sobre la mesa, hoy las complejidades que tendrá que enfrentar el oficialismo quedaron más expuestas.
Luego de que se aprobara una larga lista de minutas de comunicación, en las que los concejales de la oposición hicieron varios reclamos sobre diversos temas, como boliches que funcionan de manera irregular; problemas con el Servicio Alimentario Escolar; antenas ilegales; pedidos de informes y reclamos barriales; se pidió un cuarto intermedio para que se firmara el despacho para tratar sobre tablas dos convenios, uno de ellos por la renovación de las Avenida Otamendi e Iriarte de la ribera local, del que pudieron volver recién varias horas después.
Al reanudarse la sesión, apoyados por un grupo de vecinos, los concejales de Unidad Ciudadana manifestaron que no iban a acompañar el convenio (de cerca de 80 millones de pesos) porque consideran que hay otras prioridades en el barrio y que reclaman quienes habitan en la zona, que tiene que ver por ejemplo con desagües y asfaltos en la ribera interior, antes que la renovación (veredas, pérgolas, dársenas y bicisendas) de las dos Avenidas principales; sumado a la paralización de las obras de pluviales que actualmente se están llevando adelante.
Ante la polémica, los gritos, cuestionamientos, ausencias y la postura de concejales aliados de no acompañar el convenio el presidente del HCD tuvo que habilitar un nuevo cuarto intermedio hasta que, varias horas después, Cambiemos logró los consensos que necesitaba.
Finalmente, el proyecto impulsado por el oficialismo pudo ser aprobado pasada la tarde con el quórum otorgado por los dos concejales de la UCR, el edil Gustavo Montes y la concejal del GEN Gabriela Fernández.
El pase de facturas fue infinito durante toda la jornada. Desde el oficialismo acusan de falta de códigos a los concejales de Unidad Ciudadana por no haber informado previamente en la reunión de presidentes de bloque que no acompañarían el convenio y desde los sectores aliados apuntan al bloque de Cambiemos por no lograr previamente los consensos que hoy necesitan y que evidentemente requerirán, durante los próximos meses, de al menos un diálogo más fluido.