Las sesiones de viernes por la tarde en el Concejo Deliberante de Lanús volvieron a mostrar un mecanismo aceitado que impidió lo que podría haber sido un fuerte golpe para el Gobierno. Ante la inasistencia de una concejal de Cambiemos era la oportunidad de la oposición para imponerse en el recinto, pero la ausencia del edil minutos antes asumido, Juan Soto, lo impidió. Otra vez dejó expuesto al Frente Renovador como aliado del oficialismo a pesar de sus vanos intentos por negarlo.
Se preveía una jornada de discusión, encabezada por el proyecto de municipalización de parte del servicio de la Unidad de Pronta Atención de Villa Jardín que había hecho movilizar a ATE y organizaciones sociales en su contra.
Había tres sesiones en carpeta. La primera, la asunción de Juan Soto, en reemplazo de Rubén Ferreti, quien falleciera de un ataque al corazón días atrás. Desde Nicolás Russo hasta varios referentes del Frente Renovador se hicieron presentes en el deliberante local para acompañar al nuevo edil, quien juró por la memoria de par fallecido. Ni bien terminó subieron todos a los despachos de los concejales, mientras esperaba que se llame a la Asamblea de Mayores Contribuyentes pero Soto nunca bajó. Un debut prometedor.
En la oposición había cierto entusiasmo. La ausencia de la radical Nazarena Mesías, por vacaciones, rompía la paridad que tiene el cuerpo y les daba la ventaja que necesitaban para tener una jornada que podría ser dura para el oficialismo, pero se vieron sorprendidos cuando, a la hora de comenzar al segunda sesión, del espacios massista sólo había dos ediles sentados y estaban 11 a 11, otra vez.
La Asamblea, prevista para modificar los montos de algunas de las tasas municipales, fue rápida y de su derrota los tres bloques de Unidad Ciudadana salieron embalentonados hacía la puerta del Concejo donde estaba la marcha de ATE.
Fue Edgardo Depetri quien denunció un acuerdo entre el Frente Renovador y el oficialismo que boicoteaba la posibilidad de impedir que se apruebe el proyecto de la UPA. En ese momento le echaron la culpa a Soto, quien había desaparecido del lugar. Sin embargo, cuando sonó la campana para la tercera sesión y la oposición decidió no dar quorum, Sebastián Beroldo y Marcela Fernandez de Pallares se sentaron para que Cambiemos apruebe toda la orden del día sin discusión en ningún tema.
“Cómo nos cagaron”, se le escuchó decir a un concejal de Unidad Cuidadana en la puerta del recinto, enojado por la situación de haber perdido la oportunidad de tener una sesión a su favor. Del otro lado, en Cambiemos no están contentos, la necesidad de llegar a un acuerdo con el renovador no estaba en los planes. “No fue barato y es todo responsabilida de Mesías”, se quejaron a El Termómetro.
No daña la unidad
A pesar de denunciar un nuevo acuerdo del Frente Renovador con Cambiemos para sacar adelante una sesión que se esperaba sea discutida, el concejal de Unidad Ciudadana, Edgardo Depetri cree que el accionar no lesiona la búsqueda de la unidad
“Una diferencia puntual en un tema local no puede complicar una estregia amplia que busca derrotar a Macri y a Grindetti en las elecciones. Más allá de esto los vamos a seguir convocando, como a todos los sectores para buscar la unidad que necesitamos para octubre”, señaló, consultado por El Termómetro, el edil kirchnerista.