Las consecuencias de las fuertes lluvias que se registraron el fin de semana todavía se sienten el hospital Evita de Lanús, donde el agua inundó los quirófanos, se cayeron mamposterías y debieron suspenderse las intervenciones. Si bien el panorama comenzó a normalizarse, aseguran que las demoras y postergaciones continuarán debido a la escasez de profesionales y materiales.
“La situación es muy mala, no sólo porque se inundó el quirófano sino que ya venía de antemano, el problema ya estaba. Estaban suspendidas las cirugías programadas por falta de insumo y con la inundación en el sótano, donde había elementos para esterilizar, hubo que suspender las operaciones”, relató a El Termómetro Mario Franquet, integrante de CICOP en ese centro de salud provincial.
El sábado, la intensidad de la tormenta provocó que el líquido ingresara y subiera 20 centìmetros. Sumado a “la falta de mantenimiento”, se derrumbó el techo del baño y quedó inutilizado el ascensor. Además, se inundó el subsuelo, donde están ubicadas varias bombas que drenan el agua -las cuales “se quemaron y también quedaron inutilizadas”,
“Ahí también está el cableado eléctrico, así que también nos quedamos sin luz y recién hoy a las ocho de la mañana volvió”, agregó.
De la misma manera que en muchos hospitales del territorio bonaerense, otra de las problemáticas que atraviesan tiene que ver con la falta de personal en áreas sensibles. En este caso, “faltan anestesiólogos”.
“Hay lista de espera de cirugías programadas, lo cual es sufrimiento notable para la población”, expresó y remarcó que un agravante más es la falta de insumos.
Más allá de los reclamos habituales ante las autoridades del gobierno de Marìa Eugenia Vidal, desde el gremio dialogaron con profesionales de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), quienes ofrecieron hacer una auditoría en lugar para evaluar las condiciones en las que se encuentra. No obstante, para ello necesitan la autorización del Ministerio de Salud y tampoco obtuvieron respuestas en ese sentido.
“Lo que pasa es que quedaría demostrado que los hospitales no pueden trabajar así, entonces prefieren no contestar la nota y mirar para otro lado”, observó el médico.