Desde la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA) manifestaron su preocupación por el impacto negativo de las importaciones y la baja de consumo en el sector. En este contexto, decretaron el “estado de alerta y movilización” frente al cierre de fábricas y su consecuente generación de desempleo.
Según precisó a El Termómetro el titular del gremio, Agustín Amicone, en 2017 se importaron 34 millones de pares de zapatillas, lo cual generó un efecto negativo en el sector.
“Es imposible que la industria se desarrolle con esta agresión de los productos de afuera y con la caída del consumo interno (…) Por eso iniciamos está campaña, porque si sigue así la industria del Calzado está en vías de extinción”, relató.
El mismo sentido, el dirigente sindical enfatizó que la llegada de los productos de afuera provocó una reducción en la producción local que derivó en la pérdida de puestos laborales. Como ejemplo mencionó que el 60 por ciento de los despidos por esta razón se produjo en territorio bonaerense. Y, de acuerdo a sus proyecciones, el panorama no se vislumbra alentador.
“En lo que va del año no vemos que haya disminuido el flujo de importaciones. Creemos que a fin de año (el producto local) va a quedar reducido a una mínima expresión”, observó.
Si bien Amicone indicó que la tendencia sigue en crecimiento, enfatizó en que no hay una diferencia sustancial de precios entre lo importado y lo nacional y que, incluso, “lo que viene de afuera a veces es más caro”.
“Entre el precio puesto con el 35 por ciento de importación las marcas marcan entre el 300 por ciento (de aumento). Se tira para abajo una historia de la industria del calzado, se deja la secuela del desempleo y no favorece al consumidor”, detalló.
“Si sigue así, la actividad corre peligro de desaparición”, concluyó.