Por Christian Skrilec
En estos días, mientras usted empieza sentir el calor de diciembre, 23 senadores y 46 diputados bonaerenses se sentaran en sus bancas y trataran de acomodarse a la sombra del poder. En el conurbano bonaerense, harán lo propio una docena de concejales por cada distrito. En la votación de octubre, usted no voto solamente para acompañar al oficialismo o impulsar a la oposición, o para dirimir la pelea entre el pasado y el futuro, o para ponerse del lado de Macri o de Cristina, usted votó la integración de los cuerpos legislativos, nacionales, provinciales y municipales, que se renovaron en un 50 por ciento.
Se lo cuento por si está distraído, para que no se olvide que esa gente que ahora ostenta un cargo legislativo por los próximos cuatro años, tiene garantizada la estabilidad laboral con un ingreso muy superior al promedio de sus vecinos, y próximamente cambiará de costumbres, amigos, pareja, vehículo y vivienda, y podrá alcanzar estos objetivos gracias a su voto. Este párrafo es injusto, no es bueno generalizar, es como decir que todos los periodistas son prebendarios o mercenarios. Como es sabido, la mayoría no son todos.
Es que usted no los conoce y yo tampoco. Sólo se visualizan las cabezas de lista, el que sale en la foto, los que aparecen en la publicidad electoral. Después hay un grupo menos conocido pero que da la cara. Son los que dan notas, los que aparecen en los medios para explicar por qué y para qué votaron tal o cual ley u ordenanza. Esos rostros quedan exclusivamente grabados en la tribuna política, no en usted, no en las mayorías, paradójicamente, las mayorías que lo sientan en el lugar que ocupan. Por último está el resto, el grueso de legisladores y concejales, de ellos, simplemente, no se tiene registro.
Es inquietante saber que en general la legislatura y los concejos deliberantes son manejados por apenas un puñado de actores. Es perturbador conocer que hay senadores bonaerenses que cumplen su mandato sin tener la menor idea del reglamento interno que los regula, y que hay diputados provinciales que a lo largo del 2017 apenas participaron de una sesión en la Legislatura. Es cierto que como publicara este medio en su pasada edición, los diputados bonaerenses legislaron bastante poco.
Hay concejos deliberantes en el conurbano, cuyos integrantes no tienen la más mínima idea de cómo se delibera, no saben cómo se redacta una ordenanza o cómo se pide una minuta de comunicación o un proyecto de resolución. Muchos concejales y varios diputados bonaerenses, no entienden la diferencia entre mayoría simple y mayoría absoluta, y cada vez que les dicen que hacen falta dos tercios de los votos necesitan una calculadora. No crea que exagero. Para descalificar a los cuerpos legislativos suele decirse que son escribanías, que simplemente levantan la mano para convalidar las decisiones del poder Ejecutivo que les toca en suerte, en muchos casos, ni siquiera tienen ese rango.
En este marco, usted tiene que saber que la reforma previsional que tanta polémica genera, es producto del gobierno de Macri, pero sólo es posible gracias a los votos de los diputados y senadores nacionales; que el cambio del impuesto inmobiliario lo propuso la gobernadora Vidal pero sólo se lleva adelante por el accionar de la legislatura; y que el aumento de tasas que requirieron los intendentes se ejecutará el año próximo gracias a la voluntad de los concejales.
Nadie sabe cuándo empezó esta degradación, lo que sí se sabe es que no hay indicios de frenar la caída. Falta de internas partidarias, armados de listas antojadizos, nepotismo, pago de lealtades, devolución de favores, premios a la obsecuencia, descartes. La conformación de las cámaras y los concejos que nos tocan está atada a los tiempos y las circunstancias que corren. Nuestros diputados, nuestros concejales, se nos parecen. Lo lamento.
No obstante a toda esta letanía, los cuerpos legislativos siguen siendo la principal caja de resonancia de la política, y un instrumento de control y contrapeso del resto de los poderes, y por suerte, todavía tienen integrantes que salvaguardan alguna idea positiva de la política. Respecto a usted, tranquilo, en un par de años vuelve a votar, y por favor, fíjese que cosa.
Gracias por leer.
Publicado en la edición Nro. 871 del semanario “El Suburbano”.
Basta de lista «Sabana». horizontal y vertical. Las elecciones municipales deben desdoblarse de las nacionales y provinciales.
Las elecciones no son una «locomotora que arrase» con la democracia. Solo la participación ciudadana hará el cambio verdadero. Basta del «falso-trucho timbreo»