(Por Christian Skrilec) Para sintetizar lo que todo el mundo sabe: Aníbal Fernández lo fue a comprar, el Barba Gutiérrez lo condimentó, Martiniano Molina lo cocinó, y el PRO se lo comió.
El golpe que le asestó María Eugenia Vidal al Frente para la Victoria no estaba en los cálculos de nadie, quemó los archivos, y derrumbó todas las teorías. Aníbal, una especie de “cajón de Herminio Iglesias” parlante, sigue hablando de complot, con buena retórica y discurso flamígero, Aníbal reparte culpas, y la vedad es que hay un culpable y hay un complot: el votante.
A Fernández la gente no lo quiere, y como él dice: “sacamos más de 3 millones de votos”, es cierto, pero gracias a que en algunos distritos el aparato peronista siguió respondiendo y que su boleta iba en medio de intendentes ganadores y el candidato presidencial Daniel Scioli.
¿En serio creemos que los 700 mil cortes que tuvo Aníbal en la Provincia fueron armados por los intendentes?, ya ni los más dogmáticos militantes de La Cámpora creen que Aníbal es el hijo de Jauretche. Nadie discute sus habilidades políticas, ni su capacidad, pero lo que debe aceptar Aníbal, es que su histórico 70 por ciento de imagen negativa desde que salió eyectado de Quilmes, a lo sumó bajó un par de puntos. Tal vez, Fernández podría haber sido un buen gobernador, pero fue y será un pésimo candidato.
Y Aníbal es de Quilmes, como Gutiérrez, explicar por qué “El Barba” sacó 34 mil votos menos que Scioli y 37 mil menos que Martiniano, sería tener que revisar las contratapas publicadas en los últimos 5 años. Tampoco nadie duda de las capacidades y la empatía política de Gutiérrez, soy de los que cree que pudo haber hecho mucho más de lo que hizo, pero se encaprichó y sostuvo a un grupo de cuatreros con traje de funcionarios en nombre de la lealtad y la amistad, y gobernó sin las dos principales secretarías que una gestión debe tener: Gobierno y Obras y Servicio Públicos. Tarde o temprano terminaba mal.
Y terminó mal en el peor momento, ahora el peronismo de Quilmes perdió el distrito y el refugió de la provincia se lo acaba de llevar puesto el huracán Maru (por Vidal, digo). Algunos referentes podrán refugiarse con algún intendente amigo, otros en los sindicatos, y otros en cargos legislativos unos años más, pero sin Scioli presidente no hay horizonte de recomposición ni a corto ni a mediano plazo.
Sin Scioli no hay mañana
Ni el trabajo de Gutiérrez en La Paz o la IAPI, ni la militancia de La Cámpora en la ribera, ni nada se podrá sostener. En una línea de gobierno Macri-Vidal-Molina, no hay espacio para los que salieron del gobierno castigados por el voto de la gente, ni para los que enarbolen la bandera de “Cristina Eterna”. Los “anibalistas” que festejaban a media tarde la “viveza” de entregar la boleta cortada del Barba, hoy lloran como marranos. Respecto a los “sciolistas”: no hay sciolismo sin Scioli.
Además de la hasta ahora catastrófica elección bonaerense y quilmeña del Frente para la Victoria, el único que se impuso en su categoría en la ciudad fue el candidato a presidente. El resto, al pozo.
Además de arrastrar estos resultados al 22 de noviembre, y enfrentar la ola ganadora del “macrismo”, el peronismo local se enfrenta a la posibilidad real que Martiniano Molina haga una buena gestión.
Sus posibilidades de gestionar adecuadamente aumentaron con el triunfo de Vidal, y con una clara decisión del PRO de apuntalar el distrito. En los bunkers amarillos se habla de consolidar con gestión los triunfos en los distritos que pueden ser claves en cualquier elección: La Plata, Mar del Plata, Quilmes, Bahía Blanca, Lanús y 3 de Febrero.
Y consolidar significa una sola cosa: recursos y obras. Si la Provincia y la Nación oxigenan lo suficiente a Martiniano, como para concluir obras de infraestructura clave como agua y cloacas (Gutiérrez las deja prácticamente en un 90 por ciento), asfaltos, bajo vías, y mejora del espacio público, todas áreas donde las prácticas del PRO son bastante eficaces, el cuadro peronistas se complejiza.
En fin, algunos dicen que ni siquiera van a fiscalizar la elección… tal vez, en Quilmes, el peronismo quiera dar el paso que le falta para suicidarse.
Gracias por leer.