Facundo Javier Barranco resultó herido y muerto después de un presunto tiroteo en la ribera con efectivos de la Policía Federal. Familiares y amigos creen que lo “fusilaron”.
Según la versión policial, el joven de 18 años, con nutridos antecedentes, intentó robar junto a dos cómplices a Diego Fornés, un agente de la Federal destinado en la División Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas (DOUCAD), lo que derivó en un tiroteo en el que también participó otro agente que se encontraba en el lugar, llamado Diego Araujo, que se sumó al enfrentamiento.
Este hecho se produjo el pasado sábado a las 20.10 minutos, en el cruce de Cervantes y 20, y terminó con la vida del joven.
Vecinos del lugar admitieron a este medio que Barranco cometía delitos en la zona, pero niegan que estuviese armado. Según su hermano, Jorge Barranco, “mi hermano estaba rendido y me lo mataron como a un perro”.
Otro vecino del lugar asegura que Barranco se escapaba a la carrera sobre Cervantes y cayó al suelo, cuando el policía se acercó y le disparó en la cabeza, todo esto a metros de su vivienda. El joven llegó muerto al Hospital Isidoro Iriarte, donde trabaja su madre.
La versión más compleja que circula en el barrio, es que los policías fueron contratados para “limpiar el barrio”, lo que genera un clima de tensión preocupante.
Ayer por la tarde, un nutrido grupo de jóvenes se reunía frente a la casa del occiso, y aparecieron pintadas contra la policía de gatillo fácil y reclamando “Justicia para el Gordito”.
La causa cayó en manos del titular de la UFI N° 3, Andrés Nievas Woodgate, quien consideró que los policías actuaron en legítima defensa, y no ordenó su detención.