Este miércoles, los empleados de la Defensoría del Pueblo de Quilmes, (sí, tiene empleados aunque no tiene ni defensor ni adjuntos) llegaron a trabajar como todos los días, aunque con tareas limitadas, a las oficinas de la misma pero no pudieron ingresar ya que les habían cambiado la cerradura.
La Defensoría del Pueblo de Quilmes está acéfala, no tiene defensor, ni defensores adjuntos y a la política local se ve que mucho no le preocupa. Las oficinas de la misma funcionan en el edificio del CUQ, en Paz y Alberdi. Pero esta mañana todo empeoró, cuando los empleados llegaron al lugar se encontraron con que los dueños de la propiedad les cambiaron las llaves y ya no pudieron ingresar.
Según pudo saber este medio, la medida habría sido tomada por las autoridades del CUQ por falta de pago. Desde hace varios meses los empleados de la defensoría hacen lo que pueden, toman denuncias o reclamos de PAMI, obras sociales, empresas de servicios etc. según dicen, tienen prohibido tomar denuncias contra el Municipio; ahora, no podrán hacer ni eso.