El intendente de Quilmes consideró que “todo el tiempo” intentan desestabilizar su gobierno y ejemplificó con el conflicto por la recolección de residuos. En ese marco aseguró que no está en sus planes privatizar el servicio.
Fue en una entrevista que el diario “Clarín” le realizó al intendente. Ante la pregunta sobre si cree que hay intentos de desestabilizarlo en Quilmes; el jefe comunal contentó que “todo el tiempo” y ejemplificó “Lo vimos con los cortes de calle por el tema de la basura que es otra de las grandes transformaciones que hicimos al poner ese servicio dentro de otra área con mayor manejo. Eso le movió el avispero a gente que estaba cómoda pero planteó reglas claras. Ese servicio todavía es deficitario por eso lo estamos equipando. No está en mis planes privatizarlo”. Cabe recordar que hace varias semanas el municipio se encuentra en una situación de crisis por la falta de recolección de residuos.
Molina se refirió además a la no renovación de alrededor de 500 contratos de empleados municipales y justificó la medida “Obviamente no es simpático, son familias, fuentes de trabajo y escuchamos a todos, sobre todo a los que estaban hace años. Pero la planta política no sólo son cargos jerárquicos, sino también mensualizados históricos que entran con el gobierno de turno -responden a esos espacios como militantes- y se van con él. El que empieza también tiene que decidir con quién trabajar. Cuando asumimos había funcionarios que iban a la oficina cada dos o tres meses. Muchos responden a movimientos políticos grandes y se ordenaron ellos mismos. No hubo grandes ruidos. Reconocemos al que trabaja, pero no queremos ñoquis, en mi mesa no existe el término «garpe político», que lo detesto y es una falta de respeto al vecino”.
Muy actual la foto…el único que queda es Molina.
Si es «para mejor» y sacás a todos los inútiles que limpian o recolectan CUANDO QUIEREN, entonces bárbaro. Yo veo que recolectores de basura, se detienen en almacenes para tomar una birra y luego seguir trabajando, con alcohol en su sangre. Todavía falta seguimiento y control de los vehículos a su cargo. Después lloran cuando los sancionan con razón. Y luego llaman a ATE para que defiendan lo indefendible.