Después de un año con varias acciones y manifestaciones, los vecinos del barrio Pampa siguen reclamando el traslado de dos graseras instaladas desde hace más de tres décadas en Valentín Alsina. Sin respuestas por parte del Municipio, pese a la “promesa de campaña” las dos fábricas siguen funcionando en la misma zona y “contaminando el ambiente con el olor nauseabundo” que de allí emana.
Las empresas en cuestión son Mapar y Hebos, ambas ubicadas sobre la calle Otamendi y apenas separadas por dos cuadras. La primera tuvo una clausura preventiva que se extendió a los primeros meses de 2017, pero sobre la segunda jamás hubo ninguna resolución del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), así como tampoco de ACUMAR.
“No cumplen con nada y contaminan todo el tiempo, el olor es terrible, inaguantable y lamentablemente los vecinos están resignados a enfermarse y a vivir así. Nadie escucha los reclamos., el Municipio hace oídos sordos de todas las firmas que juntamos y de las presentaciones que hicimos”, relató a El Termómetro Silvia, una vecina y docente de la zona.
Según contó, el año pasado el grupo vecinal mantuvo una reunión informal con el dueño de Mapar, Jaime Season, quien “se comprometió a solucionar el tema del olor con unos filtros que iba a traer de Italia pero que nunca llegaron”. La situación, aseguró, “es intolerable” y reparó en que hay ciertas franjas horarias en las que “es mucho peor” debido a que es el momento en que queman el sebo.
“Todavía esperamos una de las promesas de la campaña de (el intendente, Néstor) Grindetti: el traslado a un parque industrial de todas éstas graseras y curtiembres que rodean a Valentín Alsina”, recordó la mujer.
En tanto, remarcó que mucha gente que tienen problemas respiratorios debido al malestar que genera el aire contaminado, así como casos de personas que tienen cáncer. No obstante, destacó que hasta hay casos de personas que padecen cáncer pero que no pudieron hacer un relevamiento adecuado porque “el Municipio no envía un equipo de salud”.
“Pedimos un neumonólogo y nunca vinieron, entonces no podemos constatar la cantidad de casos que hay”, remarcó.
Si bien el año pasado hubo varias manifestaciones para visibilizar el reclamo, con el correr del tiempo la participación se fue apagando y doce meses después el panorama es el mismo. No obstante, “el problema es permanente” y necesitan una “solución urgente”.