(Por Christian Skrilec)
Esta campaña no calienta, no excita. Los spots no mueven el amperímetro, pese a intentar marcar diferencias, todos se parecen, hasta la izquierda se profesionalizó a la hora de hacer publicidad electoral. Los talk-shows políticos sean del cable o la televisión abierta no levantan el rating, los programas especializados navegan en la formalidad y la abulia. Faltan diez días para el cierre de la campaña y no pasa nada. La mayoría, o las mayorías, están en otra cosa.
Ni la nueva versión de mediática entrevistada que brinda Cristina Kirchner, ni el permanente desembarco de funcionarios oficialistas de toda laya en territorio bonaerense logra calentar las urnas. Es cierto que hay un tema preponderante en estos días que tapona lo electoral, y es la crisis que enfrenta el fútbol argentino con la clasificación o no para el mundial de Rusia 2018. Situación mediática que pone en vilo a la patria futbolera y que concluirá para bien o para mal en unas horas, cuando usted esté leyendo estas líneas. El alivio de la clasificación o el duelo por la eliminación podrán extenderse unos días más. No obstante, la justificación de la pelota me parece insuficiente.
Una elección que era y es clave para el oficialismo se licuó después de las primarias de agosto. La razón está en el resultado. La oposición entró en estado de frustración. Los discursos apocalípticos sobre el oficialismo no convencieron al votante para volver a confiar en el torpedeado “kirchnerismo”, Massa quedó atrapado en sus propias indefiniciones, Randazzo no fue opción, y la izquierda como siempre, no logra sumar las suficientes adhesiones para inquietar al resto.
La sensación instalada es que el oficialismo se alzará con un triunfo. Sensación que es avalada por las encuestas de manera unánime. Lo que falta definir son los alcances de ese triunfo. Cambiemos está en condiciones de ganar en los cinco grandes distritos electorales de la Argentina (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe y Mendoza), y en varias provincias más.
La misma sensación recorre el conurbano. Cambiemos puede ganar en distritos donde gobiernan las viejas versiones peronistas del Frente Renovador y el Frente para la Victoria. Pero lo más inquietante, es que según las mediciones que maneja el oficialismo, podría alcanzar porcentajes superiores a los 30 puntos en distritos de la tercera sección donde el peronismo tiende a invisibilizar a la oposición.
Solo bosquejar un Cambiemos de 40 puntos en la provincia de Buenos Aires destroza la libido de los militantes. La posibilidad que el apático Esteban Bullrich le infrinja una derrota clara a la ex presidenta presenta un panorama excesivamente duro para toda la oposición en su recorrido al 2019. Todo esto, sin la gobernadora Vidal en la boleta, con una economía que recién hace un par de meses parece recuperarse, con una presión impositiva y tarifaria que no cesa, y otros desaciertos que el oficialismo encubre a fuerza de voceros calificados.
Como se dice en la actualidad, a la oposición, el panorama “se la baja”. La situación le saca las ganas y se enfría. Los sindicalistas moderan el discurso, las protestas sociales son de escasa intensidad, y en un error fundamental, en lo que tiene que ver con las estrategias de campaña, todos fueron a jugar a la cancha que el PRO domina y Durán Barba es el réferi. Por unos días, lo único que pareció quebrar esta frialdad fue la situación desatada por la desaparición de Santiago Maldonado, hecho que en algún momento, el gobierno tendrá que asumir las responsabilidades que le competan.
En este marco de relajación del electorado oficialista, donde el fantasma de Cristina está dejando de asustar y la proyección de un triunfo se torna cada vez más sólida, el mayor riesgo que corre Cambiemos es que no crezca la concurrencia el día de la votación o que sus votantes consideren que la prueba está superada y merme su participación. Cualquiera de estas opciones es peligrosa para el gobierno, no en vano el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense Manuel Mosca y la propia Gobernadora, le recuerdan a sus circunstanciales audiencias que en las elecciones de agosto en la Provincia ganó Unidad Ciudadana.
Mientras tanto, frío, y muy poco tiempo para que la campaña pueda calentarse.
Gracias por leer.
Publicado en la edición Nro. 863 del semanario “El Suburbano”.