Por Macarena Ramírez
Cómo en cada elección legislativa, además de renovarse bancas en el Congreso de la Nación y las legislaturas bonaerenses; los Concejos Deliberantes, muchas veces invisibilizados ante el vecino de a pie, también se renuevan. Quilmes cuenta con un cuerpo heterogéneo y el oficialismo necesita hacer una buena elección para llegar, con alianzas, a tener una mayoría consolidada.
De los veinticuatro concejales, 12 renuevan sus bancas; respecto a la oposición, el FPV en sus diferentes vertientes pone cinco lugares en juego (Claudio González, Edith Llanos y Nancy Espósito por el barbismo, y por Juntos por Quilmes, Daniel Gurzi y José Barros); y el Frente Renovador uno, Agustín Sánchez, quién ocupa la banca de Walter Queijeiro, de licencia y actualmente dentro del esquema de Cambiemos. El oficialismo tiene más que perder ya que terminan su mandato dos ediles de la UCR (Cristian Álvarez y Susana Maderal, quién ocupa la banca de Domene, en uso de licencia); dos por el Partido Fe (José Casazza y Dario “Nunzio” Miguel) y las concejales Patricia Capparelli y Agustina Fredes, hoy también dentro de Cambiemos. En definitiva dejan sus bancas seis concejales de la oposición y seis del oficialismo.
Sólo haciendo una muy buena elección y ganando, Cambiemos podría reemplazar esas seis bancas ocupadas hoy en día mayoritariamente por aliados. Todo indicaría que la elección terminaría en un 5-5-2, esto sería cinco concejales para Cambiemos, cinco concejales para el FPV y dos concejales para el Frente Renovador; o a lo sumo 6-4-2 seis para quién salga primero (Cambiemos o el FPV, cuatro para el segundo y nuevamente dos para el Frente Renovador). El último escenario posible es que el FR logre tres concejales, en ese caso o Cambiemos o el FPV tendría la posibilidad de ingresar sólo cuatro ediles.
Los doce concejales que quedan en el HCD son seis de Cambiemos (uno de ellos del bloque UCR); cuatro del Frente para la Victoria y dos del Frente Renovador. Por lo que con un resultado 5-5-2, Cambiemos quedaría con once concejales, a tan sólo dos del quórum, el Frente para la Victoria con nueve y cuatro para el Frente Renovador, quienes se convertirían en la llave del oficialismo para la gobernabilidad, como lo son en la mayoría de los distritos ya sea gobernados por el FPV o por Cambiemos.
Pese a algunas especulaciones tremendistas, el esquema para el oficialismo en Quilmes no cambiaria demasiado; hoy bajo la presidencia del hombre de Emilio Monzó, Juan Bernasconi, contando a sus aliados, Cambiemos cuenta con doce votos, sin embargo el HCD funcionó de manera beneficiosa al oficialismo que logró los consensos para aprobar presupuestos y convenios de todo tipo sin demasiados embates de la oposición. A partir del 10 de diciembre el esquema no sería muy diferente y volverá a depender de la cintura política de quién conduzca el siempre ruidoso deliberante local.