El flagelo del agua volvió a atacar a los vecinos de Berazategui. Según informaron decenas de familias, desde el pasado sábado el agua que llega a las localidades de Hudson, Marítimo y Pereyra contiene grandes cantidades de cloro que la convierten en algo imposible de ingerir.
Según los testimonios, el agua que sale de las canillas no sólo es imposible de tomar, sino que ya ha provocado daños en la piel y el cabello de los habitantes. Incluso una vecina denunció que, tras cambiar el agua de la pecera, los animales murieron casi inmediatamente por la gran cantidad de lavandina que contenía el agua. Además en reiterados casos denunciaron que el alto nivel de cloro provocó el daño irreparable en la ropa durante los lavados.
La mayor preocupación de los habitantes de los barrios afectados, es el peligro que el agua contaminada significa para los niños y los ancianos. Cabe recodar que el año pasado un brote de gastroenterocolitis azotó al municipio, dejando un saldo de dos menores muertos. Ese episodio fue atribuído a los altos niveles de metales nocivos para la salud que mas tarde se encontraron en las muestras de agua analizadas por la Policía Federal Argentina.
A más de un año del suceso, y ante la falta de respuesta oficial por parte del gobierno municipal, los vecinos de Hudson, que ya están entrenados en luchas vecinales luego del largo conflicto del tren Roca, están evaluando proceder a través de vías judiciales.