La Defensoría de Quilmes está pasando uno de sus peores momentos, ya que no sólo hace más de seis meses que no tiene Defensor del Pueblo, están en funciones sólo tres adjuntos, sino que tampoco tiene las condiciones mínimas para su funcionamiento.
Según pudo saber “El Termómetro”, el edificio no cuenta con agua, y los empleados compran bidones con sus sueldos; tampoco pueden realizar llamadas telefónicas, ya que por una deuda de alrededor de 50 mil pesos no tienen servicio telefónico ni internet; carecen de útiles, computadoras, fotocopiadora y hasta de sillas en buen estado.
Pero eso no es todo, tampoco pueden utilizar la cocina ya que no tiene ni agua ni gas; el edificio se encuentra en pésimas condiciones y se encuentra en un primer piso sin rampa ni ascensor.
Hace algunos días publicamos “La Defensoría para marzo”, ya que según surgió de reuniones entre concejales, la titularidad del organismo se discutirá en ese mes, hasta tanto los vecinos del distrito de un servicio de mucha utilidad.