De acuerdo al informe anual de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), desde que Mauricio Macri asumió la presidencia nacional hubo un muerto cada 25 horas a manos de integrantes de las fuerzas de seguridad. Si bien la expectativa está puesta en que la “organización popular” ayude a disminuir la estadística, se prevé un panorama poco alentador para lo que resta de la gestión de Cambiemos.
Según dieron a conocer, desde diciembre de 1983 hasta la actualidad hubo 4960 víctimas de la violencia institucional. De ese total, 259 ocurrieron desde que el Presidente asumió en su cargo.
“Que en menos de 11 hayamos pasado de un promedio de una muerte cada 28 horas a una cada 25 no ha pasado nunca con esta rapidez en los 32 años posteriores a la dictadura. Y eso que no nos han mostrado todos los dientes todavía porque no lo han necesitado, pero es muy preocupante la situación”, sostuvo en diálogo con El Termómetro la referente de la entidad, María del Carmen Verdú.
En un contexto donde “cada día hay más motivos para organizarse”, estimó que “se va a incrementar esa represión directa contra las organizaciones”.
El reporte hace referencia a las muertes “por gatillo fácil y otras modalidades represivas del aparato estatal”, entre las que se cuentan las torturas, las muertes en cárceles, comisarías y desaparecidos. Se trata de las “situaciones en las cuales no hay peligrosidad para quien dispara o quien tortura” y “no de un conteo de civiles muertos enfrentándose con policías o gendarmes”.
“Antes de la asunción del Gobierno, apenas cambió la gestión, empezamos a ver señales clarísimas de esta vuelta de tuerca marcando una avanzada represiva muy fuerte con el impulso a detenciones arbitrarias, el incremento de los distintos colores de uniformes en los barrios”, observó.
Por otro lado, la abogada señaló que esa inclinación de la administración nacional y provincial se da a través de “esa represión de baja intensidad y control social en los barrios con la militarización, las detenciones, con la consecuencia directa de gatillo fácil en las comisarías” bajo el presunto argumento del “combate a la delincuencia”.
“Plantean como objetivo la Argentina sin narcotráfico. Si quieren Argentina sin narcotráfico que empiecen por cerrar las comisarías”, enfatizó.
En tanto, puso completamente en duda la “lucha contra las mafias” de la cual habla la gobernadora María Eugenia Vidal para el territorio bonaerense y remarcó que en muchas ocasiones se habló de cuestiones similares y “las cifras negras siempre fueron en aumento”.
“Hace 32 años vemos estas purgas, reestructuraciones, descentralización cambios de planes y nuestro índice de muertes por torturas es siempre creciente, con saltos como los de este año”, concluyó.