(Por Christian Skrilec)
La oposición siempre critica, hasta cuando acertás, ese es su rol. La crítica puede venir acompañada de un palo en la rueda o puede ser una puesta en escena para la gilada mientras en silencio convalida las acciones de un gobierno. Es el juego de la política. Hasta ahora se convalidó mucho y se criticó poco. El concepto es general, no particular.
Será por el paso del tiempo, estamos prontos a que se cumpla el primer año de gestión. Será por la consolidación de lo que está expuesto en cuanto a cargos y a nombres se refiere. Será porque el año próximo es electoral y para muchos decisivo. Lo cierto es que la crítica hacia la gestión Molina comenzó a despertarse en la ciudad con una voz mucho más entonada y constante. Porque ahora no es la voz en cuello de agrupaciones juveniles, ni los bombos de los clubes de barrio, o los gestos ampulosos de los mimos de los centros culturales, ahora es la política, la de siempre, la que está instalada en Quilmes hace treinta años, la usina de la crítica. Y es una crítica corrosiva y peligrosa.
El primer dato a atender es que esa crítica no nace exclusivamente de la oposición, léase como tal cualquier vertiente del peronismo o de la izquierda. Las objeciones a la gestión Martiniano suman tres afluentes complejos: los aliados, los ex integrantes de la gestión, y los actuales funcionarios. Podría especularse respecto a los aliados que la crítica crece porque después de un año de aplaudir al Intendente en busca de un mendrugo, se dieron cuenta que si aplauden o no el asunto carece de importancia. Respecto a los ex integrantes de la gestión, podría decirse que sangran por la herida de haberse quedado afuera. Y en el caso de los actuales funcionarios, bueno, como siempre las internas terminan lastimando a cualquier gobierno.
Pero lo interesante que se desprende de recorrer despachos y mentideros, y de escuchar correveidiles, operadores y políticos, es que la crítica que está naciendo no es puntual ni colateral, como lo era poco tiempo atrás, ahora es total. Los mantras de negatividad que empiezan a repetirse son conocidos: “tiene menos gestión que el Barba”, “no saben nada de política”, “no conocen el distrito”, “creen que sacándose fotos y subiéndolas a las redes sociales les alcanza”, “van a chocar la calesita”, “termina peor que Geronés”, “después de la elecciones del año que viene no gobiernan más”, “Macri tropieza y este se cae”, etcétera.
Muchos lectores de esta columna y la mayoría de mis colegas, han escuchado al menos la mitad de estas frases en más de una ocasión. La diferencia de este tiempo, es que las mismas se repiten casi sin objetores de por medio, y las poleas de transmisión las replican en otros ámbitos como la provincia de Buenos Aires, dañando con perseverancia la imagen del gobierno local en los ámbitos de poder.
El primer error de Molina y su entorno sería no considerar el asunto. Con muchos menos voceros se deterioró para siempre la imagen de avezados dirigentes políticos. El otro error, sería creer que estos mensajes no llegan al vecino común, repasar la historia reciente de Gutiérrez y de Villordo demuestra lo contrario. Es posible que las usinas sean demasiado débiles para propagar sus mensajes a corto plazo, pero si son constantes, sólo es cuestión de tiempo.
Por mi parte, una crítica a la crítica. Estamos ante una nueva forma de hacer política, tal vez buena y mejor, tal vez pésima, y es natural que muchos actores no la comprendan. Estamos todos, políticos, periodistas, y vecinos, jugando en otra cancha, y están cambiando algunas reglas de juego mientras disputamos el partido, no observar este fenómeno es un error. Respecto a la gestión, tiene pifias y aciertos que aún no pueden mensurarse en un saldo irrefutable. Quince días atrás, en este mismo espacio se planteó que el gobierno tiene como ideas fuerza consolidar la imagen del Intendente Molina por un lado, y darle un fuerte impulso a los servicios públicos por el otro, hoy lo reafirmo. Saber si este esquema será suficiente para atravesar el 2017 y consolidar poder después de las próximas elecciones, es una incógnita.
Gracias por leer.
*Publicado en la edición N° 824 del semanario “El Suburbano”.
Es facil ,,,primero si el que se hace cargo del,, PAIS…GOBERNACION,,,MUNICIPIO O MINISTERIO ,,,cada vez que se le reprochan el NO HACER,, por lo general,.a favor de los que menos tienen dicen: LA HERENCIA NO ME LO PERMITE y esto es generalizado en todas las provincias que dirigen,, Y si es una obviedad decir NO TIENEN EXPERIENCIA POLITICA para los puestos .. no deberian quejarse de las criticas ,Porque ademas siempre fueron los mas criticos cuando eran oposicion