Antitapas Breves Dos
(Por Christian Skrilec)
La peligrosa minoría de CAMBIEMOS
La votación de la rendición de cuentas del último año de gestión Gutiérrez en el Concejo Deliberante de Quilmes, exhibió lo que los cálculos más sencillos demostraban y las acciones políticas negaban: el oficialismo no tiene mayoría, no tiene quorum propio, y sus acuerdos con las otras fuerzas son de una endeblez preocupante.
Tres de sus aliados más fieles se ausentaron. Los tres concejales del Frente Renovador se abstuvieron de votar pese a sus antecedentes de rechazo en este tema y los acuerdos establecidos con el ejecutivo. Los nueve concejales del Frente para la Victoria funcionaron en bloque para oponerse. En consecuencia, los ocho concejales de CAMBIEMOS sólo contaron con el auxilio de un aliado y el voto doble del presidente del cuerpo para imponer su posición. La votación puede transformarse en una anécdota, pero teniendo en cuenta el desprecio que demasiados integrantes del gobierno municipal tienen por la acción política, hay que encender la alarma.
Es que el propio gobierno es el que necesita del Concejo a corto plazo y de manera inevitable: estacionamiento medido, cambio de sentido de circulación de calles y cambio de recorrido de líneas de colectivo, exhorto a las construcciones, rezonificaciones (incluyendo la necesaria para que avance de Costa del Plata), convenios de empréstitos con el BID y otros organismos, juzgados de faltas, modificaciones de ordenanzas vinculadas al ordenamiento del espacio público, entre otras, son algunos de los temas que el Ejecutivo necesita que pasen por el Deliberante para llevar a cabo su proyecto de gestión. No es poco, y ni siquiera pensamos en seis meses para adelante, cuando lleguen los tiempos del presupuesto.
Es que el Ejecutivo olvida que hasta el Intendente debe recurrir al Concejo para tomarse una licencia, viajar al exterior, o mudar la dirección de su despacho. Todo es cuestión de muñeca, negociación, y la vituperada pero necesaria “rosca” política. El oficialismo sólo cuenta con una ventaja, la consolidación de Juan Bernasconi en la presidencia, que hasta ahora logró tejer alianzas para que no peligre la conducción del cuerpo, pero está claro, que a la hora de votar temas candentes, con eso sólo no alcanza.
Gripe A(usente)
Pese a desmentidas oficiales, todos sabemos que faltaron vacunas para la gripe A. La falta no fue pareja y dependió de cada distrito, en algunos casos lograron cubrir las necesidades y en otros no. En varios de los ochenta hospitales de la Provincia de Buenos Aires pudo leerse el cartelito, con la mejor caligrafía de algún enfermero hacendoso: “No hay Vacunas contra la Gripe A”. Era de esperarse que ante la psicosis generada por la cantidad de contagios y los lamentables fallecimientos, la gente concurriera masivamente a vacunarse. En este marco podemos aceptar que no hubo imprevisión, sino exceso de demanda.
Pero aquí lo preocupante no es eso, sino la política sanitaria que llevó adelante Cambiemos en la Provincia y en muchos de los distritos que gobierna. Algo muy similar pasó con el Dengue, y por eso, al igual que la Gripe A, el volumen de casos creció a niveles anteriores a la existencia de las campañas de prevención y vacunación.
La campaña publicitaria fue buena. La distribución y aplicación de vacunas fue buena, a excepción de los días en que fueron superados por la demanda. El trabajo en los centros de atención primaria y hospitales fue bueno, pese a las dificultades de infraestructura y personal que estos centros sanitarios arrastran. Pero no alcanzó, y no alcanzó porque el gobierno no sale a la calle.
Sólo ante la emergencia la Ministra de Salud bonaerense, Zulma Ortiz, le pidió a los municipios que salgan a vacunar casa por casa a embarazadas. Entre los Municipios PRO, únicamente Lanús destacó con una campaña de vacunación en espacios públicos durante el fin de semana. El asunto es sencillo, con los problemas sociales, educativos, y culturales que arrastra el conurbano, para los habitantes más marginados de la periferia no alcanza que la vacuna esté disponible en una unidad sanitaria, hay que bajar al barrio, y aplicarla.
Gracias por leer.
Publicado en el N° 802 del semanario «El Suburbano».