El Obispo Carlos Tissera, en su homiliía en la Catedral de Quilmes, por el festejo de los 206 años de la Revolución de Mayo, tuvo un discurso en línea con lo que viene planteando la iglesia «Sabemos que no hay democracia estable sin una sana economía y una justa distribución de los bienes, aunque entre todos debemos seguir trabajando a fin de hacerla realidad y que no quede solo en una consigna o en un plano teórico o meramente emotivo”.
El Obispo aseguró que “No hay plena democracia sin inclusión e integración. Esta es la responsabilidad de todos, en especial de los dirigentes” y citó al Papa Francisco: “Quien tiene los medios para vivir una vida digna, en lugar de preocuparse por sus privilegios, debe tratar de ayudar a los más pobres para que puedan acceder también a una condición de vida acorde con la dignidad humana, mediante el desarrollo de su potencial humano, cultural, económico y social”.
“Jesús nos invita a prestar atención a esas personas sumidas en la miseria y la angustia mientras estamos felices en nuestras comodidades y tratamos de no dejarnos cuestionar por su presencia. Aunque todo parezca estar bien, la indiferencia ante las necesidades del pobre nos coloca en un camino que lleva a la oscuridad y a la ruina” añadió.