(Por Christian Skrilec) Indefectiblemente el árbol nos tapa el bosque, en la política actual es inevitable. Supongo que en algún momento nos chocaremos con el tronco, pero esa es otra historia. A treinta días de las elecciones la clase política toda, desde los que aspiran a cargos nacionales, hasta un consejero escolar suplente, puede repetir que se hizo mucho y vamos a seguir haciendo, o que hay que cambiar porque lo pide la gente, o cualquiera de esas letanías publicitarias cuyo contenido es precario.
Pero tanto el país, como la provincia, como la ciudad, tienen una agenda de temas que se tienen que atender. Si pensamos lo nacional imaginamos que la economía necesita reordenarse, si nos concentramos en la provincia de Buenos Aires, sabemos que la seguridad es un tema que hay que abordar con ideas concretas y eficaces. Esto sirve como ejemplo, y son apenas un par de puntos de agendas mucho más nutridas y complejas.
En tanto para la ciudad de Quilmes, que es en lo que nos concentramos, digamos que la agenda de temas pendientes es importante. El por qué quedaron pendientes, en esta ocasión le dejo la respuesta al lector, o no se quiso, o no se supo, o no se pudo, o quién sabe qué cosa. Lo cierto es que en diciembre de este año, asuma Gutiérrez su tercer mandato, o sea reemplazado por Martiniano Molina o por Walter Queijeiro, la ciudad tiene una agenda que debe ser atendida. A modo de lista incompleta, y sólo como ejemplo, voy a exhibir cuatro temas.
Transparencia: Todos la prometen, la transparencia en los actos de gobierno viene en el mismo paquete de campaña electoral que se rellena con honestidad, compromiso, trabajo, etcétera. Nadie la cumple. La receta para la transparencia del gobierno es sencilla: presentar declaraciones juradas, entregarle la Defensoría del Pueblo y la Auditoria municipal a la oposición (con presupuesto propio incluido), hacer públicas no sólo las licitaciones sino también los concursos de precios y las compras directas, publicar la nómina de personal completa del municipio.
El tránsito: Muchas veces hemos expuesto aquí la falta de planificación urbana. Esa falta de planeamiento y los últimos diez años, donde los gobiernos municipales de Villordo y de Gutiérrez fueron corridos a billetazos por los inversores inmobiliarios, traen sus consecuencias. Una de ellas es el tránsito, que está al borde del colapso en todos los centros comerciales de la ciudad. La gestión actual borró a los “trapitos”, y está estudiando instalar el estacionamiento medido. No alcanza, la reformulación debe ser más compleja, cambio de recorrido de los colectivos, cambio de mano de algunas calles, exigir que las construcciones de altura tengan las cocheras correspondientes, entre otras cosas.
La ribera: La costanera de Quilmes y sus barrios aledaños siempre están en los proyectos de los candidatos y nunca esos proyectos terminan de concretarse, es más, a veces ni empiezan. Se asfaltan calles, se ilumina un poco, se construye alguna que otra vivienda, pero la cosa no mejora. La ribera interior se encuentra en una situación marginal cada vez mayor, la inseguridad es creciente, y el único circuito aceitado en toda la zona es el de la compra y venta de drogas. La ribera fue un bien de la ciudad que se perdió, y hay que agendar recuperarlo.
Parques industriales: Estamos rodeados por distritos que multiplicaron sus parques industriales, aquí en Quilmes no se pudo habilitar ninguno, ni siquiera los galpones que se alquilan como aguantadero en Bernal Oeste. Uno tiene entendido que estos parques, no sólo reportan beneficios contributivos al estado municipal, sino también generan fuentes de trabajo. Si la ciudad va a sustentar su economía en un esquema comercial, de servicios y de recreación, no está mal. Pero hay que definirlo.
Podría seguir con muchos otros temas: los arroyos, la venta ambulante, la urbanización de asentamientos, la noche, las ferias, etcétera. No importa, la clave es que el próximo gobierno, los ponga en la agenda, en el orden que quiera, y los aborde. No vaya a ser que en cuatro años sigan estando en la lista de pendientes.
Gracias por leer.
Publicado en la edición número 773 de «El Suburbano».