Las definiciones que dan los “trapitos” a los inspectores municipales y a la policía comunal no tienen desperdicio. Cuando los funcionarios se acercan a explicarles el nuevo plan de ordenamiento de la vía pública, que excluye su actividad en Quilmes centro, lo primero que hacen los cuida-coches es reaccionar a la defensiva.
Entre los principales argumentos que se escuchan, están los atendibles respecto a la fuente laboral y a las necesidades que los llevaron a realizar esa tarea. Pero además, la primera reacción es la de “correr” a los inspectores aduciendo que cuentan con protección policial y/o política. Los nombres que se repiten no son imaginarios, y la mayoría revista funciones en la Comisaría 1° de Quilmes.
Pero el caso más interesante, se produjo con los “trapitos” que trabajan sobre la calle Alvear entre 9 de Julio y Colón. Cuando los muchachos fueron abordados por los municipales, empezaron a explicar a voz en cuello que a ellos los bancaba “el Beve Basalo”, presidente del Colegio de Abogados de Quilmes y presidente del Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. Como si esa banca no fuera suficiente, los “trapitos” dijeron que ellos “trabajan para varios abogados más que los van a defender”.
Vale recordar que la sede del Colegio de Abogados se ubica en las mencionadas calles.