(Por Christian Skrilec)
Olvidate de la maestra. Si tengo una manzana y agarro otra manzana, ¿cuántas manzanas tengo? 1+1= 2. También olvidate del latiguillo para calificar una verdad como absoluta, el repetido “dos más dos son cuatro y no hay más nada que hablar”. La aritmética electoral es mucho más compleja.
Todos especulan a la hora del cálculo y arrancan a acomodar el discurso. El 35 por ciento de la gente quiere que las cosas sigan como están. El 65 por ciento quiere un cambio. Consecuencia, esto va a cambiar. No escribo más, me voy a dormir la siesta.
Pero en verdad, ese 65 por ciento que quiere un cambio, engloba a aquellos que quieren que el oficialismo-peronismo-kirchnerismo-etcétera desaparezca de la faz de la tierra, y a aquellos que preferirían un cambio de estilo, o un cambio económico, o un cambio de nombres y hasta ahí, no más.
¿Ustedes se imaginan a los militantes más duros de la izquierda votando a Mauricio Macri para que no gane el candidato oficial?, ¿o a las tropas pejotistas de Cariglino tocando el bombo para que María Eugenia Vidal sea gobernadora de la provincia de Buenos Aires? No es sencillo. Está claro que los peronistas de Malvinas Argentinas no son “kirchneristas”, pero de ahí a pintarse todos de amarillo hay un largo camino de convencimiento. Que el Partido Obrero combate y combatirá al oficialismo también es cierto, pero de ahí a que voten a Macri es otra cosa.
Así no se suma. Acá no hay dos más dos cuatro. El desgajamiento del Frente Renovador lo demuestra. Lo que de allí se desprende está entre el PRO, el Frente para la Victoria y la orfandad. De ahí también proviene el último manotazo de ahogado de Massa, “se nos van los dirigentes pero no la gente”. Pero la gente, al final del camino, juega a ganador, o simplemente, se desentiende.
La suma después de la interna
Los intelectuales de Carta Abierta, esos pensadores de sueldos altos que viven a setecientos doce kilómetros de la realidad, que apuestan a la continuidad del modelo K con Florencio Randazzo a la cabeza, ¿votarán a Scioli en octubre, cuando el gobernador naranja sea el único salvavidas del “modelo”?, y los adolescentes que cantaban en un acto del “Cuervo” Larroque “cállate Randazzo sos Scioli con dos brazos”, ¿los días de elecciones se van a quedar en casa leyendo El Eternauta? Ni siquiera el oficialismo puede sumar en forma tradicional y directa después de la interna, o como corresponde decir, las Primaria Abiertas, Simultaneas y Obligatoria de agosto (PASO). Hasta ese aparato consolidado puede perder votos dependiendo de los candidatos.
Hay candidatos con piso y hay candidatos con techo. Pero el andamiaje electoral todo lo trastoca. Veamos los candidatos oficialistas a la gobernación de Buenos Aires. Aníbal Fernández tendría una imagen negativa aproximada de un 70 por ciento, pero eso no significa que su techo de votantes sea del 30. Julián Domínguez sería conocido sólo por el 35 por ciento de los bonaerenses, pero ese tampoco sería su techo. Es que el candidato a gobernador que salga electo en las PASO, será inevitablemente traccionado hacia arriba por el candidato presidencial, y empujado por los candidatos a intendentes. Hagamos el ejercicio con Lomas de Zamora: Scioli 45 por ciento para presidente, Fernández 30 por ciento para gobernador, Martín Insaurralde 55 por ciento para intendente. Aunque Aníbal sea un ancla, en una sociedad sin cultura de corte de boleta, y en un sistema electoral bonaerense donde el voto electrónico parece ser un producto de la ciencia ficción, es imposible que el actual Jefe de Gabinete obtenga menos del 40 por ciento de los votos. Es el cálculo.
La suma en Quilmes
Aquí el cálculo será aún más complejo. El oficialismo se verá metido en una interna local que podría ser dura. En el PRO pululan los candidatos y podrían sumarse nuevos competidores. El Frente Renovador sigue contando entre sus filas con uno de los candidatos que más suman individualmente. Y todo eso, también dependerá de las voluntades provinciales y nacionales del votante, del arrastre, de los pisos y los techos, y de esta enrevesada forma de sumar políticamente. Para Quilmes otra nota.
Gracias por el leer.
Nota publicada en la contratapa de la edición 756 del semanario El Suburbano.